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Miedo y represión

DW WORLD14 de marzo de 2008

La arremetida del gobierno chino contra la población tibetana es reflejo del nerviosismo que impera en Pekín por los Juegos Olímpicos de verano, dice la prensa.

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Plazas tibetanas son ocupadas por la policía de China.Imagen: AP

El diario Luxemburger Wort, de Luxemburgo, aborda la situación general en China con miras a los Juegos Olímpicos de Pekín: “Las competencias olímpicas son una leyenda viva. Durante los juegos, sus organizadores se mantienen en la mira de la comunidad internacional. Pekín es tan sólo un ejemplo de lo mucho que debe prepararse una gran ciudad para un acontecimiento de tales características. El núcleo político chino se ha enfrascado en un proceso modernizador que pretende mostrarle a todo el mundo cómo el país ha llegado a convertirse en una potencia. Las élites en América del Norte y Europa registran el hecho de que, junto con el desarrollo económico de China, ha cambiado también el equilibrio en la política internacional. Pero a europeos y americanos no les importa tanto el frenesí desarrollista del imperio chino. Lo que les preocupa es la falta de respeto a los derechos fundamentales, las expropiaciones forzadas, la censura sistemática a los medios de comunicación y las anomalías en el sistema judicial. Todo ello es incompatible con los valores fundamentales de Occidente. La posición del gobierno chino frente a la voluntad autonómica del Tibet, en aras de una presunta integridad territorial, tampoco cuadran con la imagen de un Estado que busca modermizarse en sus estructuras clave. Por todo ello, los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 deben ser tan sólo una etapa en el largo camino hacia reformas más profundas.”

Dictadura y deporte

A su vez, el periódico The Daily Telegraph, de Londres, dice al respecto: “Muchos gobiernos, entre ellos el británico, prefieren recular en vez de ejercer presión sobre China en temas como el excesivo uso de la pena capital, los campos de trabajos forzados, la tortura, el acoso a juristas, periodistas y sindicalistas; la censura en Internet o la cacería de miembros de la secta Falun-Gong. En cierto modo, los Juegos Olímpicos de Pekín equilibran la balanza, pues ponen de manifiesto ante el mundo el apoyo del Partido Comunista a un régimen opresor. Pekín argumenta que el deporte nada tiene que ver con la política. Desafortunadamente, este punto de vista es compartido por el presidente de Estados Unidos, George W. Bush. Ante ello, queda claro a todo aquel que posea conocimientos elementales en historia que las dictaduras de todo tipo –desde el Tercer Reich de Hitler hasta el comunismo en el Este de Alemania- han utilizado el deporte para mejorar su imagen.”

Miedo y represión

En Francia, el diario Liberation se refiere a la represión contra las protestas que tiene lugar estos días en tierras tibetanas: “La brutal celeridad con la que el ‘orden chino' fue restablecido en la ciudad tibetana de Lhasa, demuestra cuán preocupado está el gobierno de Pekín. Más que cualquier otra cosa, China teme una revuelta en el Tibet durante la realización de los Juegos Olímpicos de verano. Recordemos que Tibet es una nación en el mismo sentido que Kosovo, que apenas hace unos días fue reconocido como Estado independiente por Francia. Por eso el lenguaje tibetano fue proscrito, los templos tibetanos arden y los monjes son encarcelados. El territorio del Tibet se encuentra rodeado por millones de chinos, de modo que sus habitantes se sienten minoría en su propio país. La herencia espiritual del Dalai Lama se ha convertido en el preso político más reciente de la humanidad.”