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Merkel gobierna con apoyo condicionado

Jens Thurau5 de agosto de 2016

Aunque Angela Merkel recibió una “tarjeta amarilla” por su política de asilo y ahora gobierna con apoyo condicionado, el electorado germano parece preferir que ella siga siendo la canciller, dice Jens Thurau.

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Imagen: Getty Images/J.Macdougall

La canciller de Alemania, Angela Merkel, suele decir que no le atribuye demasiada importancia a las encuestas; pero es poco probable que la “mujer fuerte” de Berlín desestime los resultados de la más reciente, "DeutschlandTrend", el sondeo que la televisora pública ARD encarga periódicamente desde 1997 para medir las tendencias de opinión en el país. 65 por ciento de los consultados están insatisfechos con la política de asilo y de acogida de refugiados del Gobierno de Merkel; siete por ciento más que en abril. Las causas de ese incremento se hacen evidentes en otro segmento de la encuesta: entre el último sondeo y el más actual tuvieron lugar los atentados islamistas de Wurzburgo y Ansbach, y la matanza de Múnich. Desde entonces, la aprobación de la labor de Merkel ha bajado del 59 al 47 por ciento. Mientras tanto, la popularidad del jefe de la Unión Social Cristiana de Baviera (CSU), Horst Seehofer –el político que más critica a Merkel–, ha subido considerablemente, no sólo en su Estado federado, sino en toda Alemania. Hoy día, Seehofer tiene casi tanto respaldo como la propia Merkel.

Por favor tomar en cuenta las preocupaciones de los alemanes

Presa de un ataque de locura homicida, el joven que perpetró los asesinatos de Múnich no tenía nada que ver con la política de refugiados de Merkel. Y los dos atacantes islamistas de Wurzburgo y Ansbach tenían mucho tiempo en el país; ellos no llegaron cuando Merkel “abrió todas las puertas”, como dicen sus detractores. Pero, ahora, la sensación de inseguridad de la población se hace palpable: 76 por ciento, una mayoría nada despreciable, temen que se registren más atentados en Alemania. Predomina el sentimiento de que la canciller no se toma en serio las preocupaciones de la gente. Eso se debe, en parte, a su estilo de mando paciente. Después de los ataques, pasaron varios días antes de que Merkel regresara de sus vacaciones para pronunciarse ante la prensa sobre los sucesos. Eso demuestra que ella tiene nervios resistentes y quiere evitar la histeria. Pero es posible que eso desquicie a mucha gente.

Jens Thurau, comentarista de Deutsche Welle.
Jens Thurau, comentarista de Deutsche Welle.

¿El ocaso de los dioses? No, para nada…

¿Y ahora qué? ¿Es este el ocaso de la canciller democristiana, once años después de haber asumido el cargo? No, eso no es lo que indican los sondeos. El electorado alemán parece estar prestando mucha atención a todo lo que está en juego. Aunque el índice de popularidad del socialcristiano Seehofer subió notablemente, el 64 por ciento de los encuestados cree que, para la CSU, sus intereses partidistas son más importantes que el éxito del Gobierno del cual es socio. Los políticos pendencieros no causan una buena impresión.

Los reproches que se le hacen a la gestión de Merkel se multiplican, pero los votantes no parecen identificar a un posible sustituto en ningún político alemán. El ánimo político en Alemania se mantiene estable, pese a la caída de los niveles de aprobación de la canciller. Si hoy tuvieran lugar elecciones generales, la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y la CSU seguirían obteniendo un 34 por ciento de respaldo. Nada apunta a que la formación populista de derecha, Alternativa para Alemania (AfD), le haya sacado mayor provecho al miedo prevalente a un ataque terrorista: sigue teniendo un apoyo del 12 por ciento. Eso se explica, quizás, por las rencillas internas que la AfD no se ha esmerado en disimular. En otras palabras, las encuestas más recientes dicen: “¡Tarjeta amarilla para usted, señora Merkel! Usted puede seguir gobernando, pero la tendremos en la mira. Y tome nota: nosotros, el pueblo, estamos inquietos”.

Un veredicto claro sobre Erdogan

Aferrarse al pacto sobre refugiados que Bruselas selló con Ankara podría resultar comprometedor para Merkel. No obstante, todo indica que eso es lo que ella hará. Los consultados por los encuestadores de DeutschlandTrend condenan unánimemente lo que está ocurriendo en Turquía: el 90 por ciento cree que la democracia de ese país está en peligro y exigen que Alemania asuma una posición clara al respecto, aún cuando eso pase por rescindir el convenio. El 70 por ciento está a favor de que al presidente turco se le niegue lo que él pide: la exención de visado para los ciudadanos turcos que viajen a la Unión Europea.

Apartando a la actual canciller, no hay nadie a quien los electores de Alemania quieran darle el timón del país. Pero eso no significa que Merkel pueda dormirse sobre sus laureles.

Usted puede leer la versión original de este texto en alemán, aquí.