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Margot Honecker: una octogenaria impenitente

Kate Bowen / jov17 de abril de 2007

Margot, la viuda de Erich Honecker, el jefe de Estado de la extinta Alemania comunista se hizo famosa por su estilo autoritario y rígida ideología. DW-WORLD da una mirada a su vida con motivo de su cumpleaños.

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Margot Honecker en el cementerio central de Santiago, Chile.Imagen: picture-alliance/ dpa

Margot Honecker, elegante y de esbelta figura, fue más que una prenda de decoración para su marido, el jefe del Comité Central de la dictadura alemana del proletariado. Margot tenía sus propias ambiciones y convicciones políticas que la llevaron a ser ministra de Educación en la Alemania oriental por más de un cuarto de siglo.

La férrea comunista Margot Honecker uso su posición como ministra para indoctrinar a la próxima generación. Un sistema educativo politizado era el método más efectivo para sostener al represivo régimen comunista de la República Democrática Alemana (RDA), socia de la Unión Soviética.

Él el burócrata, ella la fanática

“Ella consideraba el sistema escolar como una extensión de la dictadura y muchos fueron los heridos, mental y profesionalmente”, dice Hubertus Knabe, director del Monumento Berlin-Hohenschönhausen a la memoria de las víctimas de la RDA, ubicado en una de las antiguas cárceles para disidentes.

“Mientras Erich era el burócrata, ella era la fanática”, agrega Knabe, sobre la detestada política. Incluso hoy, 17 años después de caída la Cortina de Hierro, Margot Honecker, sigue siendo una socialista impenitente.

“Nadie puede esperar que sacrifique mi visión del mundo y mis convicciones en el altar de la historia contemporánea”, dijo durante la presentación de su libro “Margot Honecker en la otra Alemania”. El libro se lanzó en Chile, en donde Margot Honecker vive en exilio desde 1992.

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Otro dictador que escapa: Margot y Erich Honecker, exiliados en la embajada de Chile en Moscú, pasean por sus predios.Imagen: AP

De telefonista a adoctrinadora mayor

Nacida el 17 de abril de 1927 en Halle, en el Este alemán, Margot Feist era una joven cuando terminó la Segunda Guerra Mundial y la Unión Soviética asumió el control sobre la parte oriental de la Alemania de entonces.

Siendo telefonista entró a formar parte de las Juventudes Socialistas (FDJ), demostrando habilidades de liderazgo. En 1949, a los 22 años, se convirtió en la parlamentaria más joven de la RDA. Erich Honecker se divorció para casarse con Margot después de que ésta dio a luz a su primera hija en 1952. En la Alemania comunista se esperaba que las madres trabajaran, el Estado ofrecía ayuda y Margot seguía la línea del partido único. En 1963 se convertiría en ministra de Educación.

“Entrenamiento para la guerra”

La educación política y la propaganda fueron cruciales en la RDA para asegurarle el soporte público al régimen. Los establecimientos educativos estaban saturados de doctrina socialista. En 1978, se introdujo el entrenamiento militar en los grados noveno y décimo. “Los niños y la juventud en la RDA fueron entrenados para la guerra”, dice Hubertus Knabe. “La guerra política se libraba contra el enemigo de clases, contra Occidente”, concluye Knabe.

Después de la caída del Muro de Berlín, Erich Honecker renunció a la jefatura del Estado en 1989. En marzo de 1991, los Honecker huyeron a Moscú para evadir responsabilidades por los asesinatos de las personas que intentaron huir de la dictadura.

Al año siguiente, Margot Honecker viajó a Chile, en donde vive su hija Sonia, casada con un chileno. Chile mantuvo estrechas relaciones con la Alemania comunista después de que ésta acogiera a miles de refugiados chilenos a mediados de los 70 que huían de la dictadura militar de Augusto Pinochet.

Dictadores: primero escapan y luego cobran la pensión

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Triunfo de los Honecker, derrota para las víctimas: los Honecker rumbo a Chile.Imagen: AP

El Gobierno pos-soviético extraditó a Erich Honecker a Alemania para que respondiera ante la Justicia, pero Berlín lo liberó en 1993 por motivos humanitarios. Honecker padecía cáncer. Los Honecker se reunieron en Chile. Allí murió Erich en 1994.

En su libro “Los culpables están entre nosotros”, aparecido hace pocas semanas, Knabe recuerda que ninguno de los líderes de la dictadura alemana del proletariado fueron castigados. Erich y Margot Honecker son dos ejemplos de esa impunidad, dice el libro.

Knabe encuentra particularmente injusto que el Estado alemán pague 4,1 mil millones de euros en pensiones a los antiguos líderes del desaparecido régimen comunista y sólo 48 millones de euros a las víctimas de esa misma dictadura. Margot Honecker recibe una pensión mensual de 1.500 euros que recoge cada mes en la embajada alemana en Santiago de Chile.