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Luz verde para buses de larga distancia

3 de noviembre de 2012

Dentro de pocas semanas, viajeros podrán recorrer la geografía alemana a bordo de autobuses de larga distancia. Aunque positiva para la industria del turismo, esta noticia no ha sido bien recibida por todos.

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Imagen: picture-alliance/dpa

A partir del 1º de enero de 2013, el monopolio de las rutas interurbanas alemanas que empresas como Deutsche Bahn y Deutsche Post disfrutaron en los últimos 75 años quedará abolido. En septiembre, las autoridades decidieron reformar la ley del transporte público de larga distancia y permitir que los operadores de autobuses compitieran con las compañías de trenes. Éstos celebran las oportunidades por venir y los viajeros aplauden una moción que se les brindará más opciones –y más económicas– para recorrer el país.

Los voceros de Deutsche Bahn, la mayor compañía de trenes de Alemania, aseguran que no les inquieta la lidia que se avecina e insisten en que no expandirán su flota para dar la pelea en las autopistas; al contrario, su meta es concentrarse en su principal área de negocios –los ferrocarriles– y en mejorar sus servicios. Quien sí hizo sonar la alarma en cuanto se le dio luz verde a los buses de larga distancia fue el sindicato, anticipando un empeoramiento de los sueldos y las condiciones de trabajo de los empleados de este sector.

Dresdner Hauptbahnhof ca. 1930
Hacia 1930, también los buses de Deutsche Post cubrían largas distancias. En la foto, la estación central de Dresde.Imagen: public domain

¿Precios económicos a costa de los empleados?

El Sindicato de Ferrocarriles y Transporte (EVG, sus siglas en alemán) no está satisfecho con la enmienda de la ley que liberaliza el tránsito de autobuses. “Esta decisión se tomó de la manera equivocada. Se trata de un autogol en materia de empleo, de competitividad y de política de transporte”, dijo a Deutsche Welle Michael Klein, portavoz de EVG. A sus ojos, la supuesta competencia entre los rieles y las calles está distorsionado: “Cada tren paga un peaje cuando se desplaza, mientras que los buses usan las calles sin pagar tasa alguna”, explica.

Este sindicato sospecha que, en la guerra de precios entre los trenes y los autobuses de larga distancia, serán los trabajadores de las empresas que operan autobuses los que saldrán perdiendo: “Los precios bajos de los viajes en autobús deben financiarse de alguna manera. Es de temer que los boletos baratos sólo serán rentables para las empresas si los sueldos de sus empleados son tan bajos como malas son sus condiciones de trabajo”, acotó Klein. Por su parte, los operadores de autobuses desestiman que ese sea el plan de negocios a aplicar.

Bastian Roet, vocero de la Federación Alemana de Empresas de Omnibuses, destaca más bien los beneficios de la apertura del sector transporte. Para Roet, la meta no es robarle clientes a Deutsche Bahn –“los estudios apuntan a que nuestros usuarios serán los conductores de automóviles”–, sino brindar alternativas con destino a lugares en donde los trenes no ofrecen conexiones favorables. Los autobuses, subraya Roet, son atractivos para las personas que desean ahorrar dinero y no tiempo.

Autores: Rachel Gessat / Evan Romero-Castillo
Editor: Enrique López