Cuando obscurece prendemos automáticamente la luz. Pero la luz artificial afecta el sueño. Los investigadores de la Clínica Universitaria Charité de Berlín han demostrado, que ello hace que se retrase el reparto de melatonina, la hormona que regula el sueño. Para que el reloj interno no se salga de su ritmo, científicos de Stuttgart están desarrollando diodos
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luminosos de diferentes colores. La luz azul para las horas de mayor actividad y luz roja para relajarse. La luz artificial ajustada al ritmo biológico.