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Los daños colaterales de la producción de carne

Gero Rueter (VT/ERS)13 de junio de 2016

Alemania es el tercer mayor productor de carne a nivel mundial. Anton Hofreiter, presidente del grupo parlamentario de Los Verdes y autor del libro “Alemania, fábrica de carne”, exige un giro en la política agraria.

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Imagen: picture alliance / Fotoagentur Kunz

Deutsche Welle: Señor Hofreiter, en su libro “Alemania, fábrica de carne” describe cómo la cría intensiva de ganado destruye las condiciones de vida de los humanos. ¿Cuál es el problema?

Anton Hofreiter: La cría de animales no cumple los estándares establecidos, en algunos casos incluso se puede hablar de maltrato animal. Además, se esparce demasiado estiércol en los campos, lo cual contamina las aguas subterráneas. Asimismo, el exceso de abono artificial y pesticidas amenaza la diversidad de las especies.

También se importa demasiada soja desde Sudamérica. Allá la producción de soja a gran escala afecta los derechos humanos y destruye la selva amazónica. Y en general, se exporta demasiada carne a África occidental, haciendo peligrar allí la soberanía alimentaria. Pero tampoco aquí la política agraria ayuda a los agricultores: los precios se han desplomado y muchos campesinos se han visto obligados a ganarse la vida de otra forma.

Hace poco estuvo en Brasil, en la región donde se cultiva soja. ¿Cuál es la situación allí?

En Mato Grosso, hay terratenientes que cultivan soja transgénica en campos de entre 200.000 y 300.000 hectáreas y usan herbicidas que matan toda vida vegetal menos la soya modificada genéticamente, puesto que ésta es resistente al pesticida. Las dimensiones de la destrucción del medio ambiente son enormes. Asimismo, se amenaza y expulsa a personas. Algunas incluso son asesinadas por encargo de los terratenientes.

Anton Hofreiter, presidente del grupo parlamentario Los Verdes.
Anton Hofreiter, presidente del grupo parlamentario Los Verdes.Imagen: picture-alliance/dpa/M. Kappeler

¿Cómo pretende cambiar esto?

Queremos que haya responsabilidad en la cadena de suministro: la soja importada deberá cumplir ciertos requisitos. No puede ser que para obtener soja se cometan graves violaciones de los derechos humanos, que pequeños agricultores e indígenas sean expulsados de sus tierras y que Europa importe esa soja.

¿Es decir que quiere mejorar la situación imponiendo estándares para la soja?

Exactamente. Desde luego también debe haber estándares mínimos en la cría de animales. También se debería regular mejor el uso de antibióticos.

¿Qué papel juega el consumidor?

El consumidor necesita informaciones para poder tomar su decisión. Por ello, se debería etiquetar la carne, al igual que los huevos. El etiquetado del huevo nos informa si las gallinas viven en jaulas, si comen comida ecológica y si tienen suficiente espacio para moverse.

¿Qué cambios exige en la agricultura?

Queremos que haya una mayor regionalización. Y en la producción globalizada debería haber mayor responsabilidad y sustentabilidad. Una mayor regionalización significa que, por ejemplo, países de África occidental puedan alcanzar la soberanía alimentaria. Actualmente, las exportaciones europeas son subvencionadas, por lo que son baratas. Como consecuencia, muchos agricultores de África occidental no pueden competir y acaban en bancarrota. Empobrecidos, algunos emprenden el peligroso viaje a Europa en busca de un mejor futuro. Es decir, también se trata de combatir las causas de la migración.