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Los bosques y el CO2

Pablo Kummetz10 de abril de 2007

Bosques de abetos en Alemania son transformados nuevamente en bosques caducifolios: una oportunidad para estudiar las consecuencias para el clima.

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Imagen: Nationalpark Bayerischer Wald

En el Parque Nacional de Wüstenbach, cerca de la frontera entre Alemania y Bélgica, la administración se ha propuesto cortar los abetos que predominan en la zona y plantar en su lugar árboles caducifolios, es decir, que pierden las hojas en invierno. El procedimiento se practica en la región de Eifel, a la que pertenece el Parque Nacional, desde hace 20 años.

Pero esta vez son de la partida científicos. Su objetivo es analizar qué consecuencias tiene la renaturalización sobre el complejo ecosistema del que son parte, cómo se modifican el contenido de nutrientes en los arroyos y el suelo, la velocidad de fluido del agua y sobre todo, el clima.

Para ello han enterrado medidores entre las ramas caídas y el musgo en el suelo del bosque y colocado otros a diversas alturas. Medidos son diferentes factores: la velocidad del viento y su dirección, la humedad del aire y su temperatura, la conductividad eléctrica del suelo, la fuerza de las radiaciones que llegan al suelo y la cantidad de lluvia.

Luz, calor y CO2

Los investigadores se interesan particularmente por el anhídrido carbónico (CO2) en el suelo del bosque. El gas de efecto invernadero es absorbido por los abetos y almacenados en las agujas y piñas. Cuando éstas caen al suelo, son desintegradas por microorganismos, liberándose nuevamente parte del anhídrido carbónico.

Cuando se cortan los abetos, más luz solar llega hasta el suelo. El calor impulsa el metabolismo de los microorganismos y éstos desintegran más material vegetal, dejando libre por lo tanto más CO2.

Ambientalistas estiman que en el mundo se hallan almacenadas en el suelo unas 1500 gigatoneladas de anhídrido carbónico.

Datos para los modelos del clima

Se estima que debido a la deforestación son liberadas unas 60 gigatoneladas de CO2 por año, diez veces más que debido a la quema de combustibles de origen fósil. Los resultados obtenidos en este proyecto podrán ayudar a precisar los cálculos de modelos en la investigación del clima.

Para los científicos, el resultado es toda una incógnita. Aspectos aislados se conocen desde hace tiempo, por ejemplo que la temperatura del agua aumenta y la vida en los arroyos se multiplica. Pero muchas interrelaciones aún se ignoran.

Con este estudio, basado en una gran cantidad de datos recolectados, se dará un gran paso adelante en la investigación de las relaciones entre bosques, deforestación y clima.