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¿Lleva el Gobierno de Hungría a una bancarrota nacional?

4 de enero de 2012

La moneda cae, la bolsa también. El errático Gobierno del primer ministro Viktor Orban podría llevar al país a la quiebra. No hay indicios de una renegociación de la alta deuda pública de Budapest.

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Viktor Orban, primer ministro de Hungría.

Hungría no hace parte de la eurozona. Los mercados están reaccionando con inseguridad porque han perdido la confianza en la política del Gobierno de Orban. La moneda húngara, el forinto, marcó este 3 de enero un mínimo histórico al cambiarse a 319 forintos por euro, debido a las dudas de los mercados de si el país llegará a un acuerdo sobre un crédito con el Fondo Monetario Internacional y la Comisión Europea. La bolsa de Budapest también sufría una caída, aunque leve.

La Unión Europea (UE) dijo este 2 de enero que, de momento, no planea volver a Budapest para retomar las conversaciones sobre la ayuda económica hasta que no reciba garantías por parte de las autoridades de que abordará con la UE la adopción de una serie de polémicas leyes constitucionales, criticadas por limitar la independencia del Banco Central.

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Forinto, la moneda de Hungría.Imagen: picture-alliance/dpa

Como respuesta, el Gobierno conservador de Fidesz declaró anoche que "está dispuesto a hablar con la UE sobre la polémica ley del Banco Central”. Hungría anunció el pasado diciembre de 2011 que iniciaría negociaciones con la UE y el FMI sobre una línea preventiva de entre 15.000 y 20.000 millones de euros, contactos que siguen interrumpidos.

La confianza en Budapest está perdida

Y como si fuera poco, las agencias de calificación de riesgos Moody's y Standard & Poor's, también en diciembre, rebajaron el grado de la deuda soberana húngara a la categoría de "bono basura". Los prestamistas no saben si Budapest podrá pagar las deudas como promete. Justo cuando el país necesita más dinero para cumplir con el pago de los intereses de las deudas que acosan.

Hace 20 años, Hungría tuvo que tomar un crédito de 20 mil millones de dólares del Fondo Monetario Internacional (FMI) para evitar la bancarrota. El pago de la deuda este año puede ser imposible debido a los altos intereses y a la pérdida de confianza por parte de los mercados internacionales.

Faltan propuestas de solución

Budapest bei Nacht
Budapest a orillas del Danubio, una perla cultural y arquitectonica de Europa.Imagen: picture alliance/Arco Images GmbH

Lo peor: el gobierno de Budapest, en cambio de presentar soluciones, prefiere lanzar rumores de conspiración, como lo muestra el vocero del gobierno, Andras Giro-Szasz, cuando busca explicar que “la crisis de Hungría es producto de un ataque organizado a la moneda nacional” porque, según su gobierno, “la pérdida de valor del forinto es injustificada”.

A lo anterior, se suma la preocupación sobre la reciente nueva Constitución que, entre otras controvertidas leyes, recorta la independencia del Banco Central húngaro. Una medida a la que la UE y el FMI se oponen, terminantemente. Ambas instituciones han pedido a Viktor Orban la derogación de dicha ley so pena de no estar dispuestos a seguir apoyado financieramente el mercado húngaro.

Sin reformas no hay dinero

“La situación de Hungría empeorará”, de esto está convencido Zoltan Török, analista financiero en Budapest. El FMI se rehusa a renegociar la deuda bajo las condiciones actuales. Aunque este 11 de enero la presidenta del FMI, Christine Lagarde emprenderá “sondeos informales”, no hay una fecha sobre inicio de negociaciones.

Así que si Orban quiere dinero, tendrá que corregir su política de “sometimiento” del banco emisor húngaro. Hasta ahora, no hay ninguna señal que indique que el Gobierno húngaro quiere hacerlo y menos de que sabe cómo salir de la crisis en la que ha empujado a uno de los países con mayor potencial del Este europeo.

Autor: Meyer-Feist, Andreas /José Ospina-Valencia

Editor: Enrique López