La vienesa de Fráncfort
18 de enero de 2007
Se puede comer sola, acompañada con patatas o al gusto de cada uno. Un buen día a un carnicero alemán, afincado en Estados Unidos, se le ocurrió, por ejemplo, meterla en un pan alargado, aderezarla con mostaza y ketchup, y ofrecerla a sus clientes. Así fue cómo nació el “hot-dog” o “perrito caliente”.
Por todo ello, no es para menos que en Fráncfort presuman de su Frankfurter Bratwurst (salchicha de Fráncfort). Quizá la vienesa no se encuentre entre las cocinas más selectas del mundo pero no cabe duda de que esto no ha afectado a su popularidad internacional.
La Frankfurter Bratwurst, o salchicha de Fráncfort, ya se conocía en 1562, en la coronación de Maximiliano II pero no fue hasta 1749 cuando se publicó por primera vez la receta. Hoy en día es una de las salchichas más conocidas en la cocina alemana, así como en el resto del mundo. Se denomina así por ser la variedad frecuente que se puede tomar en la ciudad de Fráncfort.
Composición y elaboración
Hasta finales de este siglo se le denominaba salchicha asada, a pesar de que con “asado” se refería al relleno de la salchicha y no a que se tuviera que asar. Algo que hay que destacar sobre ella son los estrictos pasos a seguir a la hora de su composición y producción. Se elabora con la mejor carne magra del cerdo y después se ahuma de un modo especial. Desde 1929 existe una protección de la denominación de origen de la Frankfurter.
La controversia
Sus amantes propagaron el nombre de este embutido por todo el mundo. Tanto es así que en 1805, cincuenta años después de que se publicara por primera vez la receta, la copiaron en Viena. Los austriacos se limitaron sólo a cambiarle el nombre, denominándola salchicha de Viena (Wiener). Los alemanes se querellaron y consiguieron que la de Viena no utilizara sus ingredientes.
Pero en este asunto no concuerdan todas las fuentes con la versión de los hechos. Un periódico austriaco relata que el nombre de Frankfurter proviene de un carnicero alemán, conocido como Johann Georg Lahner (1772-1845), procedente de Frankfurt y establecido en Viena, que elaboró casi las mismas salchichas pero con una mezcla de carne de cerdo y de ternera. Las llamó Frankfurter en recuerdo a su infancia en la ciudad de Fráncfort, por desgracia para él, ya que los alemanes se adelantaron en la atribución del mérito. Así pues, la del carnicero pasó a llamarse salchicha de Viena, para denominar a la variante que se ingiere en Austria.
Cómo se comen
Sea la de Fráncfort o la de Viena, para degustar un sabroso plato de esta variedad de salchichas hay que primero cocerlas durante unos minutos en agua y servirlas acompañadas de mostaza, unos panecillos recién horneados (Brötchen) y pasta de rábanos picante (Meerrettich). Buen provecho!