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China redobla apuestas en Alemania

21 de junio de 2011

Los chinos, que ya eran los inversionistas extranjeros más importantes en Alemania después de los estadounidenses, redoblan sus apuestas e inauguran una planta productora de maquinaria para la construcción en Colonia.

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Eröffnung der Fertigungshalle des chinesischen Baumaschinenherstellers Sany in Bedburg bei Köln. Beschreibung: Fertigungshalle Aufnahmedatum: 20.06.2011 Bild: DW/Mathias Bölinger
Solamente la línea de producción costó 35 millones de euros.Imagen: DW/Mathias Bölinger
Eröffnung der Fertigungshalle des chinesischen Baumaschinenherstellers Sany in Bedburg bei Köln. Beschreibung: Liang Wengen, Vorstandsvorsitzender von Sany Aufnahmedatum: 20.06.2011 Bild: DW/Mathias Bölinger
Liang Wengen, presidente de Sany, durante la inauguración de la planta cerca de Colonia.Imagen: DW/Mathias Bölinger
Einweihungsfeier der Europa-Zentrale in Bedburg bei Köln der Firma Sany am 20. 06.2011 Produktionshalle
El éxito de Sany depende de su capacidad para cumplir con expectativas de calidad europeas.Imagen: DW/Z.Danhong

Sin hacer mucho ruido, el empresariado chino consiguió conquistar el segundo lugar en el ranking de los inversionistas extranjeros más importantes en Alemania; sólo las empresas estadounidenses han invertido más dinero en suelo germano a lo largo de la última década. Ahora, al inaugurar una planta productora de maquinaria para la construcción en las cercanías de Colonia, China demuestra estar dispuesta a redoblar sus apuestas: la planta en cuestión constituye su inversión económica más grande en Europa.
La línea de producción fue asentada en Bedburg, Estado federado de Renania del Norte-Westfalia, a un precio de 35 millones de euros por Sany, un fabricante de máquinas de la provincia china de Hunan. Pero quedan instalaciones por terminar y aún se planifica la construcción de un ala dedicada exclusivamente a la investigación y el desarrollo de nuevos proyectos. Todo apunta a que el objetivo de Sany de invertir más de 100 millones de euros en Alemania será alcanzado en cuestión de poco tiempo.
Multiplicando las ventajas
“Si logramos combinar las ventajas que ofrece China en materia de costos y las garantías que ofrece Alemania en materia de calidad, seremos invencibles”, comentó Liang Wengen, presidente de Sany, al ser consultado sobre sus expectativas de cara a esta nueva inversión. Wengen es percibido internacionalmente como uno de los empresarios más exitosos de China; al calcular el tamaño de su fortuna, la revista especializada Forbes lo clasificó como el tercer hombre más rico del país asiático.
Cuando se fundó en 1989, Sany era una fábrica de utensilios para la soldadura. Hoy, la compañía es la productora de maquinaria para la construcción más grande del mundo. Eso ayuda a explicar el aplomo con que Wengen circula por los corredores del poder alemán. “Nuestra competitividad y nuestras finanzas son muy fuertes. Nada más en 2011 obtuvimos 2.000 millones de euros en ganancias antes de impuestos. Eso significa que podemos investir mucho dinero en la investigación y el desarrollo de nuevos proyectos”, explicó Wengen.
Sany bajo la mirada atenta de los alemanes
La inversión hecha por Sany en Alemania es tan grande que tiene al resto del sector construcción observando cuidadosamente los movimientos de la empresa china. “La llegada de Sany nos hace bien. Durante la crisis tuvimos pérdidas de entre el 40 y el 50 por ciento; pero, ahora, hemos llegado al punto de que los fabricantes no pueden satisfacer a sus clientes porque la demanda supera la oferta y escasean los componentes”, sostuvo Paul Deder, del periódico especializado BauPraxisZeitung.
Sin embargo, la permanencia y el éxito de Sany en el mercado alemán depende de su capacidad para cumplir con las expectativas de calidad de las compañías constructoras europeas. De ahí que la empresa china confíe la fabricación de piezas clave a proveedores germanos. Las tuberías para la inyección de hormigón, por ejemplo, serán responsabilidad de la empresa Esser, ubicada en la región montañosa de Sauerland.
Autor: Mathias Bölinger /erc
Editor: José Ospina-Valencia