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La guerra de las cervezas

Klaus Deuse23 de abril de 2013

El 23.4. es en Alemania el Día de la Cerveza. Pero los alemanes beben cada vez menos cerveza. El consumo per cápita disminuye rápidamente y las cervecerías luchan con todos los medios por la participación en el mercado.

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Imagen: picture-alliance/dpa

Con una facturación de 7.600 millones de euros, los cerveceros alemanes aún no han llegado al valle de lágrimas, pero se hallan en camino hacia allí. Con las capacidades existentes podrían producir anualmente 150 millones de hectolitros. El año pasado produjeron solo 98 millones. Las ventas de cerveza disminuyen año tras año. En 1975, cada alemán bebía en promedio 151 litros. Actualmente, solo 107. Y no se ve que la tendencia descendente pueda detenerse.

Cantidad en lugar de calidad

En vista de ese panorama, la Asociación de Cervecerías Alemanas parte de que, de las aproximadamente 1.340 fábricas de cerveza en Alemania, muchas pequeñas y medianas empresas no sobrevivirán el previsible proceso de concentración.

Con una producción anual de 140.000 hectolitros y 60 empleados, la cervecería Moritz Fiege, en Bochum, es una de las cervecerías medianas económicamente más sanas. En la empresa se produce cerveza ya en la cuarta generación. “El proceso de concentración se nota en todos lados”, dice Hugo Fiege, el propietario de la cervecería, “y en el mercado tenemos una situación de precios asfixiante.”

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Una cervecería apuesta por la calidad: las botellas de Moritz Fliege vienen con tapón de abrazadera.Imagen: Fiege

Bajo presión se hallan incluso las cinco fábricas líderes en la producción de cervezas prémium en Alemania, que dominan casi el 70 por ciento del mercado. El problema es que no solo los alemanes beben menos cerveza, sino que además las cadenas de tiendas de descuento exigen permanentemente menores precios a los fabricantes. Según Fiege, esa “desvalorización” de la cerveza es también una de las causas del menor interés de los consumidores por la bebida. Si la cerveza se ofrece siempre a precios de baratillo, su atractivo como bebida disminuye, dice Fiege.

Consolidación en el mercado regional

La cervecería Moritz Fiege se ha desacoplado de esa tendencia. “Con ello pudimos mantener sanas nuestras finanzas”, dice Hugo Fliege. Agrega que el objetivo de su cervecería no es maximizar el volumen de ventas, sino vender la cantidad producida a un precio sensato.

La empresa apuesta no por la expansión, sino por la consolidación de la marca en el mercado regional… y por la calidad. Por ello, sus botellas no vienen con una tapita de metal, sino con un tapón de abrazadera. Según la filosofía de Moritz Fliege, la cerveza es un deleite y no una bebida rápida. Para Fiege, el tapón de abrazadera es una señal al consumidor de que lo que se le ofrece es una cuidada producción manufacturera.

La baja del precio le quita paradójicamente atractivo a la cerveza. Foto: Diversos tipos de cerveza.
La baja del precio le quita paradójicamente atractivo a la cerveza. Foto: Diversos tipos de cerveza.Imagen: Fotolia/ExQuisine

La oferta de la empresa abarca diez tipos de cerveza. Desde la “alt” (oscura), pasando por la cerveza sin alcohol hasta la cerveza mezclada con limonada y la cerveza de trigo. El 60 por ciento de las ventas recae sobre una cerveza clásica: la pils. No obstante, Moritz Fiege también reaccionó tempranamente a las tendencias en el mercado, ofreciendo una fuerte cerveza negra y una variedad que responde sobre todo al gusto femenino.

En el duramente disputado mercado de la cerveza, Moritz Fiege está asentada sobre un sólido fundamento y se encuentra en el tercio superior entre las cervecerías alemanas.

Una buena cerveza necesita tiempo para madurar y ese tiempo se lo toma Mark Zinkler, maestro cervecero de la fábrica: “Las cervecerías industriales producen la cerveza en una semana, nosotros necesitamos de seis a ocho semanas. Eso se debe a que la dejamos madurar mucho más, lo cual aumenta notablemente su digestibilidad.”

Autor: Klaus Deuse/PK
Editora: Emilia Rojas