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Japón vuelve a aplicar la pena de muerte

29 de marzo de 2012

Ejecutaron a tres condenados a la pena capital por asesinato múltiple, que fueron ahorcados. Japón es junto con Estados Unidos una de las pocas naciones industrializadas que todavía no han abolido la pena de muerte.

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Imagen: picture-alliance/dpa

Las autoridades japonesas ejecutaron hoy por ahorcamiento a tres condenados a muerte por asesinato múltiple, en que lo han sido las primeras ejecuciones llevadas a cabo en el país desde julio de 2010, según comunicó el ministro de Justicia, Toshio Ogawa.
El hecho fue condenado por la organización de derechos humanos Amnistía Internacional (AI). "Los ahorcamientos de hoy son un enorme paso atrás, que vuelven a poner a Japón en el grupo minoritario de países que todavía realizan ejecuciones", dijo la portavoz de AI para el Asia-Pacífico Catherine Baber.
Ogawa identificó a los ejecutados como Yasuaki Uwabe, Tomoyuki Furusuwa y Yasutoshi Matsuda. Los tres fueron condenados por asesinatos múltiples.
La ejecuciones se llevaron a cabo en cárceles de Tokio, Hiroshima y Fukuoka.
Uwabe fue condenado a muerte por el asesinato de cinco personas al abrir fuego en una estación en Shimonoseki, en la provincia occidental de Yamaguchi en 1999, mientras que Furusuwa fue encontrado culpable del asesinato de sus suegros e hijastro en 2002. Por su parte, Matsuda fue condenado por robo con asesinato a dos propietarias de un bar.
Japón es junto a Estados Unidos una de las pocas naciones industrializadas que todavía no han abolido la pena de muerte. Entre 1994 y 2010, el país llevó a cabo ejecuciones todos los años, lo que unido a sus condiciones carcelarias le reportó numerosas críticas por parte de organizaciones defensoras de los derechos humanos.
Los condenados a muerte en Japón permanecen recluidos con frecuencia durante años en celdas de aislamiento. Sólo unos pocos minutos antes de la ejecución son informados al respecto. El miedo permanente de que llegue el día de su muerte conduce a muchos condenados a la locura, según organizaciones de derechos humanos.
Cuando llegó el día de la ejecución, los presos no se pueden despedir de sus familiares y amigos, ya que éstos sólo son informados a posteriori del cumplimiento de la pena máxima.
En un comunicado difundido en Londres, AI llamó a Japón a unirse a los más de dos tercios de países en todo el mundo que abolieron la pena de muerte, tanto en la ley como en la práctica, y a declarar una moratoria de las ejecuciones, como primer paso hacia la abolición.
Esta semana, el informe anual de la organización de derechos humanos sobre el tema de la pena de muerte a nivel mundial había destacado como "desarrollo positivo" el hecho de que Japón no haya ejecutado a condenados a muerte en casi dos años.
Ante las críticas por las nuevas ejecuciones, el ministro de Justicia, Ogawa, contestó refiriéndose a encuestas de opinión según las cuales la mayoría de la población está a favor de la pena de muerte para asesinos.

Fuente: DPA

Editor: Enrique López