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Gigante volador de la Prehistoria

23 de abril de 2011

Casi el doble del tamaño del cóndor andino, tenía el Pelagornis Chilensis. Los restos fósiles de esta ave prehistórica, descubierta en Chile e identificada por investigadores alemanes, regresan a su tierra natal.

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El ornitólogo Gerald Mayr, del Museo Senckenberg, en Frankfurt.Imagen: Sven Tränkner

Con su envergadura de alas de unos seis metros y su pico cubierto de prolongaciones filosas, como dientes, este pájaro tenía un aspecto impresionante. Hoy es posible reconstruir una imagen bastante fidedigna de su apariencia, a partir de fósiles encontrados en el norte de Chile. Afortunadamente, los huesos están en muy buen estado y representan el 70% del esqueleto, lo que no es usual.

Pelagornis chilensis
Seis metros de envergadura tenían las alas del ave descubierta en Chile y estudiada por investigadores de ese país y de Alemania.Imagen: Carlos Anzures

“Es el pelagornítido más completo descubierto hasta ahora –indica David Rubilar, Jefe de Paleontología del Museo de Historia Natural de Chile-. Si bien estas aves extintas tuvieron una amplia distribución en el mundo, sus restos fósiles corresponden principalmente a fragmentos. Esto se debe a que las paredes de los huesos de estas aves son extremadamente delgadas y se quiebran en el proceso de fosilización”.

La reconstrucción del esqueleto permitió confirmar el tamaño del ave, que supera a cualquier pájaro vivo o extinto, descrito hasta ahora, y la especie fue denominada Pelagornis chilensis . “Este pájaro tiene la mayor envergadura alar, bien establecida, conocida actualmente en las aves, la cual debió estar entre los 5,2 y 6,1 metros de longitud”, explica el paleontólogo.

Pelagornis chilensis Skelett
La gran cantidad de huesos encontrados –el 70% del esqueleto- y su excelente conservación, permitieron recrear la anatomía del ave.Imagen: Sven Tränkner

Aún es materia de estudio y falta mucho por descubrir, pero se conocen algunas características: “Debió alimentarse de calamares y/o peces, particularmente por las proyecciones óseas de su pico. En Chile vivió en la época miocénica hace al menos 7 millones de años”, indica Rubilar.

El Museo de Historia Natural conserva actualmente estos huesos y se prepara para exhibirlos en un lugar destacado, mientras reacondiciona el edificio, dañado en el terremoto de febrero de 2010. Pero aunque se trata de una de las piezas más importantes de su colección, no siempre estuvieron en Chile. Estos fósiles debieron recorrer un largo camino para ser identificados y llevados de vuelta a su país de origen.

Vuelo transoceánico

Se cree que el año 2006 los huesos del Pelagornis fueron encontrados por colectores aficionados de dientes de tiburón en las cercanías del balneario de Bahía Inglesa, en el norte de Chile. “Fueron extraídos ilegalmente del país y vendidos en una feria en Estados Unidos –cuenta David Rubilar-. Luego fueron adquiridos por un coleccionista que los importó a Alemania”.

Pelagornis chilensis Skelett
El Pelagornis tenía prolongaciones filosas en sus dientes para alimentarse de peces o calamares.Imagen: Sven Tränkner

En este país fueron a parar al Museo Senckenberg, en Frankfurt, uno de los más grandes museos de historia natural de Alemania. Gerald Mayr, ornitólogo de esta institución, cuenta que el Museo adquirió estos huesos a una persona que los compró en la feria en Estados Unidos, pues de inmediato supieron que se trataba de algo especial. “Pensé que era importante porque era el primer esqueleto casi completo y era más grande que otros”, cuenta.

Mayr destaca que es la primera vez que es posible comprobar el largo y características anatómicas de un pájaro de estas dimensiones, más grande que cualquier otro pájaro vivo. Pero al ser tan grande, ¿cómo fue posible que esta ave volara? “Como un gran albatros –explica Mayr-. El esqueleto es muy liviano; es seguro que podía volar”.

Para los primeros humanos, contemporáneos a este pájaro, debe haber sido un espectáculo increíble verlo cruzar el cielo. Sus restos fósiles hicieron su último viaje, esta vez de vuelta a Chile. El Museo Senckenberg los entregó al Museo de Historia Natural de Chile, donde permanecerán de ahora en adelante.

El trabajo conjunto del paleontólogo chileno David Rubilar y el ornitólogo alemán Gerald Mayr, en tanto, está dando la vuelta al mundo. Ha sido difundido en destacadas publicaciones científicas, donde es catalogado como un importante hallazgo. Sin embargo, aún queda mucho por investigar, como por ejemplo, saber cómo y cuándo se extinguió. “Hasta ahora, éste es su mayor enigma”, señala Rubilar.

Autora: Victoria Dannemann

Editora: Claudia Herrera Pahl