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Integración: “Cumbre de lo superfluo”

4 de noviembre de 2010

Las dificultades del Gobierno de Angela Merkel para sentar las bases de una nueva política inmigratoria, así como el futuro de Obama luego de la derrota demócrata son los temas comentados por los editorialistas europeos.

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Integración: palabra clave en Alemania.Imagen: AP

Frankfurter Rundschau, de Berlín: “Es difícil y hasta imposible descubrir algo nuevo en el balance del cierre de esta cuarta Cumbre por la Integración. (…) Y así se consolida la sospecha de que la reunión sólo sirvió a un propósito: distraer de la carencia de concepto, motivada por aspectos ideológicos, del Gobierno alemán. Si la canciller hubiera utilizado la conferencia como vidriera para declararse a favor, lo cual es urgentemente necesario, de Alemania como país de inmigración, si hubiera hecho suya la exigencia, ya antiquísima, de su compañera de partido Rita Süssmuth, acerca de que debería existir un sistema de puntaje para inmigrantes, entonces la cumbre hubiese podido ser sido el comienzo de una nueva y constructiva fase en la política de integración. En lugar de eso, fue la cumbre de lo superfluo."

Integración se decide al inmigrar

Märkische Allgemeine Zeitung, de Potsdam: “Una centena de políticos, sociólogos, representantes eclesiásticos y de diversas asociaciones se reúnen por cuarta vez en la Cumbre por la Integración. La canciller Angela Merkel alaba la atmósfera constructiva, y los representantes de la comunidad turca ponen en duda el sentido del evento. Y si se leen con atención las intervenciones y comentarios de los participantes, se puede sospechar que tienen razón. Está muy bien que la integración sea tema de debate. Pero la realidad es que la integración se decide en el momento de inmigrar. Más tarde sólo hay intentos de reparación. A veces, la política sería más creíble si confesara que hay cosas de las que no es capaz.”

Tarea delicada para Boehner

Corriere della Sera, de Milán: “Se trata de transformar un triunfo extraordinario pero frágil en una tarea cotidiana a cumplir. Dentro de dos años, la avalancha republicana, que conquistó la Casa de Representantes estadounidense con la promesa de cambios radicales, como lo hizo Obama dos años atrás, deberá enfrentarse nuevamente, y junto al presidente Obama, al veredicto del electorado. Los líderes conservadores del Congreso se hallan ante una tarea difícil, y John Boehner, el verdadero ganador de estas elecciones, lo sabe. Tiene que negociar con la Casa Blanca sin ceder demasiado, comprimir su agenda y colocar a los demócratas a la defensiva, pero sin paralizar al Parlamento. Y deberá usar la energía fresca de los diputados del ‘Tea Party' sin dejarse llevar por la euforia de los novatos que ya están hablando de revolucionarlo todo. Una tarea delicada y, tal vez, también ‘sucia' le aguarda a Boehner.”

Fin del periodo de reformas de Obama

El País, de Madrid: “El resultado de las elecciones legislativas estadounidenses ha confirmado los pronósticos: el Partido Republicano se hace con el control absoluto de la Cámara de Representantes, mientras que los demócratas mantienen una ajustada mayoría en el Senado. El presidente Barack Obama ha sufrido un serio revés que no difiere, salvo en grado, del que hubieron de enfrentar predecesores como Clinton o Reagan; está dentro de la tradición de Estados Unidos que las elecciones de mitad de mandato sean la ocasión para que los ciudadanos expresen su malestar. Pero en el caso de Obama llama la atención la rapidez con que se ha producido su desgaste político. (…) Los resultados de este martes de noviembre, con una Cámara de Representantes bajo absoluto control opositor, hacen prever una parálisis legislativa que podría marcar el final del periodo reformista de Obama. (…) El presidente de EE. UU. dispone de tiempo para reaccionar y aspirar con posibilidades a la reelección, en dos años. Lo que no es seguro, en cambio, es que disponga de suficiente margen político.”

CP/dpa

Editora: Luna Bolívar Manaut