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Impuestos: la UE quiere más de los gigantes de Internet

22 de marzo de 2018

Un nuevo impuesto a la facturación y una nueva base tributaria le permitirán a los Estados europeos echarle mano a la recaudación de los gigantes de Internet. La polémica es inevitable, dice Bernd Riegert desde Bruselas.

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Imagen: picture-alliance/dpa/J. Stratenschulte

Según la Comisión Europea, los impuestos pagados anualmente en suelo comunitario por Google y otras compañías dedicadas a operaciones en Internet equivalen, en promedio, al diez por ciento de sus ganancias. En cambio, los impuestos de las empresas tradicionales con operaciones en todo el mundo equivalen al 23 por ciento de sus dividendos. Casi todos los gigantes de Internet tienen su sede principal en Estados Unidos y honran allí la mayoría de sus relativamente pequeñas obligaciones, a pesar de que buena parte de sus ganancias fueron hechas en el Viejo Continente y otras regiones del planeta. Hasta ahora, el derecho estadounidense les ha permitido a los consorcios de Internet multinacionales depositar sus ganancias en las cuentas de empresas filiales asentadas en Estados con bajos niveles impositivos, como los Países Bajos, Luxemburgo e Irlanda. Todo esto es percibido por la Unión Europea como un desequilibrio injusto.

La hora de la reforma

Bruselas ha decidido ponerle fin a ese estado de cosas: el comisario comunitario de asuntos financieros, Pierre Moscovici, ha propuesto asignarles a determinados negocios de Internet –ingresos por concepto de publicidad, la intermediación en el sector servicios y la venta de datos a terceros– un impuesto adicional a la facturación del 3 por ciento, independientemente de dónde estén afincadas físicamente las empresas que realizan esas operaciones. Hasta ahora, las leyes europeas sólo permitían cobrarles impuestos a las compañías en función del lugar donde éstas tuvieran sus sedes operativas; pero, como Google, Facebook, Apple, Airbnb, Ebay y otros consorcios importantes tienen sus núcleos en algún lugar inalcanzable de la red, los ministros de Finanzas de los países europeos decidieron hace algunos meses cambiar algunas reglas que ya tenían más de cien años de vigencia. Y esta no es la única reforma que promete enfrentar a Bruselas con Washington.

Una medida temporal

La Comisión Europea también ha propuesto que a las empresas de Internet se les cobre impuestos por las ganancias obtenidas en los países donde están asentados sus clientes, sin importar dónde tengan sus sedes las compañías; esto es particularmente preocupante para las que tienen sus bases de operaciones en Estados con bajos niveles impositivos. Se supone que esta normativa aplicará para las compañías que obtienen ganancias superiores a los siete millones de euros en un Estado comunitario, que sellan más de tres mil contratos de servicios al año o cuyos servicios tienen más de 100.000 suscriptores. La Comisión Europea estima que son entre 120 y 150 empresas las que deberán pagar más impuestos por exceder los límites mencionados; en Bruselas se espera que el nuevo tributo genere ingresos superiores a los 5.000 millones de euros al año. Moscovici dijo, eso sí, que el impuesto a la facturación en Internet era temporal.

Esperando por una solución global

Si es aprobado por el "club de los 28", el impuesto en cuestión se irá implementando hasta que las economías industrializadas y emergentes del planeta lleguen a un acuerdo y hagan una proposición de alcance global en el marco de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OECD); las consultas se han estado desarrollando durante años, pero no han dado resultados alentadores hasta ahora. Irlanda, uno de los países europeos con los niveles impositivos más bajos, ha criticado esta moción, advirtiendo que Google, Facebook y los otros monstruos de Internet podrían sentirse tentados de sacar sus sedes operativas del territorio europeo. Por su parte, las empresas de Internet estadounidenses, que desde hace tiempo se sienten tratadas injustamente en la UE, podrían terminar retornando a Norteamérica para estacionar allí sus plantas físicas.

Bernd Riegert (ERC/VT)

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