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¿Hacia dónde va América Latina?

Pablo Kummetz25 de noviembre de 2005

¿Hacia dónde va América Latina? O, mejor dicho: ¿hacia dónde la llevan? A esa pregunta intenta responder un índice desarrollado por una fundación y una universidad alemanas.

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Manifestantes exigen la renuncia de Lucio Gutiérrez, Ecuador, abril de 2005: ¿un "golpe popular"?Imagen: AP


Las señales que vienen de la región son cada vez más ambivalentes, se lee en el Índice Bertelsmann de Transformación (BTI), desarrollado por la fundación alemana Bertelsmann y el Centro de Investigaciones Politológicas Aplicadas de la Universidad Ludwig Maxilian, de Múnich.

Demonstration gegen Präsident Carlos Mesa in Cochabamba Bolivien
Protestas en Cochabamba, Bolivia, marzo de 2005.Imagen: AP

La tesis de partida del BTI es que las elites políticas desempeñan un papel central en la conducción de los procesos políticos y económicos y que de ellas depende, por lo tanto, hacia dónde va la región.

Una vasta lista de indicadores

La base de las evaluaciones son informes periciales realizados por expertos en 119 países, sobre la base de una vasta lista de indicadores.

Los expertos evalúan tanto la condición de las democracias y la economía de mercado (índice de status) como la calidad de la conducción por parte de las elites (índice de gestión) en los países en transformación y en desarrollo.

Demonstration für Pressefreiheit Venezuela
Manifestación por libertad de prensa en Venezuela, diciembre de 2004.Imagen: AP

En América Latina, el BTI llega a la conclusión de que las señales en relación con el estado de la democracia, la economía de mercado y la conducción de gobierno han adquirido un carácter cada vez más ambivalente en los últimos dos años.

Las elites no tienen respuestas

El giro al populismo en algunos países y las tormentas políticas que se han abatido sobre los países andinos hacen además crecer los temores de que las mejoras logradas en las últimas dos décadas puedan correr peligro.

Esas tendencias, se concluye en el informe del BTI, son una clara manifestación de los irresueltos problemas de desarrollo en América Latina, en los que se conjugan déficits tanto socioeconómicos como político-institucionales. Las elites de América Latina parecen no tener respuesta a ellos.

Tabare Vazquez Wahlsieg für linken Politiker in Uruguay
Tabaré Vázquez, nuevo presidente de Uruguay, octubre de 2004.Imagen: AP

Dos décadas después de ser superadas las dictaduras militares en América Latina, las diferencias entre los países política y económicamente más estables del Cono Sur y los de la región andina han aumentado, en lugar de disminuir.

América Central supera a los países andinos

Mientras que los procesos políticos y económicos en Argentina, Brasil, Chile y Uruguay se han estabilizado, con una tendencia incluso a mejorar, los cinco países andinos (Perú, Bolivia, Ecuador, Colombia y Venezuela) siguen siendo una región problemática, se dice en el informe.

Es más, se agrega, en cuanto a estabilidad y gestión de gobierno, la región andina han sido superada por América Central.

En el área andina, el creciente populismo pone en tela de juicio la democracia y la economía de mercado. Allí, gestiones de gobierno entre mediocres y malas ponen en peligro los logros alcanzados, se lee en el BTI.

La debilidad del Estado: una cuestión central

Para los expertos, el mayor problema en la cuestión del Estado es su debilidad. En muchos países, agregan, el síndrome de una "privatización" del monopolio de poder del Estado ha adquirido proporciones virulentas (excepciones: Chile, Costa Rica, Uruguay, Jamaica y Cuba).

El problema central, resaltan, es la combinación de la falta de protección estatal para las capas más desfavorecidas con el crimen organizado y la expansión de la mafia de la droga.

En cuanto al imperio de la Ley en el Estado, no se han registrado avances, se dice en el BTI. Sólo Uruguay, Costa Rica, Jamaica y Chile son considerados Estados de derecho.

Déficits en la división de poderes

En el resto de los países se registran déficits en la división de poderes y limitaciones en los derechos civiles. Ello lleva desde poco control del poder político (Argentina) hasta una falta de garantía de los derechos fundamentales (Guatemala).

Como problemática para la consolidación democrática se ve la gran debilidad de las sociedades civiles. Para el BTI, los "golpes populares" en Bolivia y Ecuador no han sido una manifestación del poderío de las sociedades civiles, sino una expresión de una política antiinstitucional, que "le quita en última consecuencia sus bases a la democracia, en lugar de darle un fundamento seguro".

En el BTI, las democracias latinoamericanas se clasifican en grupos. Como democracias plenas se ven Uruguay, Costa Rica, Chile y Jamaica. En el grupo uno de las "democracias defectuosas" se ubican Brasil, Argentina, México, Panamá, El Salvador y la República Dominicana. En el grupo dos de las mismas figuran Perú, Honduras, Bolivia, Nicaragua, Paraguay, Ecuador y Venezuela. Como "democracias fuertemente defectuosas" se califican Colombia y Guatemala y como "autocracias", Cuba y Haití.

Economías de mercado: de desarrolladas a rudimentarias

En cuanto al desarrollo de la economía de mercado, el BTI considera a Chile como "economía de mercado desarrollada". En el grupo de las economías de mercado "operativas y funcionales" figuran Costa Rica, Brasil y Uruguay.

En el grupo de las economías de mercado "con déficits de funcionamiento" son alistados México, Panamá, El Salvador, Argentina, Colombia, Jamaica, Perú, República Dominicana, Bolivia, Honduras, Nicaragua, Paraguay y Ecuador.

Entre las economías de mercado "de mal funcionamiento o rudimentarias" figuran Venezuela, Guatemala, Cuba y Haití. El informe completo puede consultarse en: www.bertelsmann-transformation-index.de (en alemán e inglés).