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Gobierno y campesinos colombianos llegan a acuerdo

7 de septiembre de 2013

Luego de tres semanas de protestas, con bloqueos de carreteras incluidos, las partes alcanzaron puntos en común que acabarán con las movilizaciones.

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Imagen: picture-alliance/dpa

Tres semanas de movilizaciones, bloqueos de carreteras, marchas multitudinarias y malestar generalizado que terminaron con la renuncia en bloque del gabinete del presidente Juan Manuel Santos han llegado a su fin la madrugada de este sábado (07.09.2013), cuando el Gobierno y los dirigentes campesinos alcanzaron acuerdos en los distintos puntos en disputa.

La protesta comenzó el 19 de agosto como muestra de desagrado que sentían los sectores campesinos por el elevado costo de los fertilizantes, el bajo precio que reciben por sus cosechas, el contrabando de alimentos y la creciente competencia de los productos importados al amparo de tratados de libre comercio que Colombia ha firmado con potencias mundiales. Finalmente, las negociaciones rindieron los frutos esperados.

Así fue como se firmaron acuerdos con los campesinos de los departamentos de Cundinamarca, Boyacá y Nariño, que realizaban la movilización más grande en todo el país, y otro por separado con los del Huila. Las partes detallaron que los puntos en común se relacionan con la reducción del costo de los fertilizantes, acceso a crédito para los campesinos y salvaguardia para productos como la papa, la leche, el tomate y la cebolla.

Nueva política agropecuaria

“Lo más importantes de esta revolución popular es que logramos despertar al país y hacer aceptar al Gobierno que el campo se encuentra en crisis por su culpa”, dijo César Pachón, líder de la protesta. Durante las marchas se produjeron bloqueos de carreteras, incendios de vehículos y enfrentamientos entre los manifestantes y la policía. Todo esto provocó escasez de alimentos en algunas ciudades del país.

Los desórdenes alcanzaron su punto máximo la semana pasada, con disturbios y saqueos de comercios en Bogotá y otras ciudades del país que dejaron cinco muertos. En esa oportunidad, el presidente Santos ordenó la militarización de la ciudad y de otros sectores del país para hacer frente a la situación.

La protesta de los campesinos, que coincidió con la de los mineros artesanales y un grupo de camioneros, se convirtió en un desafío para Santos, que entró en la recta final de su Gobierno y quien en dos meses deberá decidir si se postula para buscar su reelección en el 2014. A ello se añadió el lento progreso de las conversaciones de paz con las FARC, lo que ha llevado a un desplome en la popularidad del mandatario.

“Vamos a construir una verdadera política agropecuaria", dijo éste en un acto de Gobierno al celebrar el acuerdo que permite levantar la protesta de los campesinos y los bloqueos de las carreteras. El Gobierno anunció que continuaba negociando con agricultores de los departamentos del Cauca y Putumayo para poner fin a otros focos de protesta.

DZC (Reuters, EFE)