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Gatos: de demonios a musas del arte

JAG12 de diciembre de 2006

La Galería Municipal de Karlsruhe presenta una exposición sobre el gato como fuente de inspiración del arte en los dos siglos pasados.

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Cartel del cabaret parisino "Le Chat Noir", de Theophile-Alexandre Steinlen.

Divinizado por las antiguas civilizaciones como Egipto, Grecia o Roma, la figura del gato sucumbió durante la edad media a la superstición popular pasando a formar parte de las criaturas malignas.

Su relación con los cultos paganos, su carácter misterioso, y su gusto por la vida nocturna, llevaron posiblemente a demonizarlo siendo frecuentemente relacionado con brujería o mala suerte.

Su suerte cambió sin embargo en el siglo XIX superando su mera función como cazador de ratones y convirtiéndose en motivo preferido para muchos artistas. Así lo muestra una exposición temática en la Galería Municipal de Karlsruhe, dedicada al gato en el mundo del arte con obras de diferentes disciplinas artísticas.

Vogelfangende Katze
Gato atrapando un pájaro de Pablo Ruíz PicassoImagen: Succession Picasso/ VG Bild-Kunst Bonn 2005

De diablo a musa

A raíz de una obra del francés Jules Jean Floré titulada “Les Chats”, el gato ascendió en la jerarquía convirtiéndose en una figura socialmente apreciada entre la burguesía urbana. Su arrogancia e independencia inspiró a muchos artistas que se encapricharon del felino convirtiéndolo en parte imprescindible de su obra.

La exposición nos ofrece testimonios de esta evolución que van desde los precedentes sentados por Gottfried Mind -también llamado el Raphael de los gatos-, hasta otros artistas como Henriette Ronner-Knip o Julius Adam, que elevaron al animal a la categoría de musa. Junto a los retratos del hogar, el gato aparecía ahora como símbolo de la vida burguesa de las ciudades encumbrado con joyas y terciopelos haciendo gala de su aristocracia.

Entre la bohemia y el cómic

Lejos de caer en el olvido como una moda pasajera, esta corriente continuó en el siglo XX en las obras de Renoir, Picasso, Manet o los pósters de la bohemia parisina de Theophile-Alexandre Steinlen. También los trabajos expresionistas de Ernst Ludwig Kirchner o Franz Marc usaron al animal como motivo, al igual que otros pintores de la época como Paul Klee o Max Beckmann.

Pero la exposición de Karlsruhe no se limita solo a la figura estática. Con los avances técnicos, el gato pasó a consagrarse como un ser vivo en el mundo del arte convirtiéndose en modelo fotográfico, cinematográfico, y figura de expresiones artísticas como los cómics o la animación.

El certamen recoge así testimonios más actuales que ya forman parte de la educación infantil con personajes inolvidables como el gato Fritz, el gato Félix, Garfield, o los archiconocidos Tom y Jerry. Con más de 400 obras de colecciones de todo el mundo, la muestra ofrece hasta el 15 de abril una retrospectiva única con todas las facetas de la figura, una cita recomendada para todos los públicos.