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Gasolina casi gratis: despilfarro y catástrofe ambiental

Pablo Kummetz (jov)15 de enero de 2016

Venezuela es el país donde la gasolina cuesta menos en el mundo: 2 centavos de dólar. Las consecuencias son un gigantesco despilfarro y una catástrofe ambiental.

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Venezuela Tankstelle in Caracas
Imagen: picture-alliance/dpa/D. Fernandez

Que la gasolina cuesta en Venezuela menos que el agua mineral no es cuento. Por un litro de gasolina de 95 octanos hay que pagar actualmente 0,097 bolívares (2 centavos de dólar al cambio oficial de 6,30 bolívares por un dólar). Menos aún cuesta el diésel, el más utilizado para el transporte público: 0,048 bolívares por litro. Para llenar un tanque en ambos casos no hay que desembolsar siquiera un dólar.

Al tipo de cambio paralelo, de casi 840 bolívares por un dólar, el precio de los combustibles en Venezuela es aún mucho menor: con un dólar se podrían comprar unos 8.600 litros de gasolina de 95 octanos. Rafael Ramírez, presidente de Petróleos de Venezuela (PDVSA) de 2004 a 2014, llegó a decir incluso que el Estado les paga a los venezolanos por consumir gasolina.

La razón de los bajos precios de los carburantes: gigantescas subvenciones, que la Agencia Internacional de la Energía estima en 20.000 millones de dólares por año. En 2012, la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) calculó que el país destinaba el 5,1% del PIB a subsidiar la gasolina. Con la caída del precio del petróleo y consecuentemente del PIB venezolano, ese porcentaje es hoy seguramente mucho mayor.

Un increíble despilfarro

Se trata de un increíble despilfarro de dineros del Estado (o sea de la población) y además una catástrofe ambiental. Cuando los combustibles son baratos, la gente utiliza más autos y de mayor cilindrada y las empresas tienen pocos incentivos para invertir en plantas e instalaciones ahorrativas.

Venezuela, como uno de los países que más gasolina consume en América Latina, es en la región también uno de los mayores emisores de dióxido de carbono (CO2), un gas tóxico que contribuye al calentamiento global. Por si fuera poco, la gasolina venezolana contiene el antidetonante MTBE como sustituto del plomo: una sustancia tóxica para seres humanos y animales. Además es altamente soluble en agua y contamina las capas freáticas.

Otra consecuencia negativa del bajo precio de gasolina es el contrabando a los países vecinos, donde el carburante se vende a un múltiplo de lo que cuesta en Venezuela. La rentabilidad del negocio puede llegar al 10.000%, según un informe de la Dirección de Impuestos y Aduanas de Colombia.

Vendiendo barato lo que se compra caro

Además no debe olvidarse que una parte de la gasolina que se consume en Venezuela es importada y que para la producida en el país deben comprarse en el exterior numerosos insumos y aditivos, por lo que el Estado vende barato mucho de lo que compra caro.

Pero poner fin al subsidio de la gasolina y el diésel en Venezuela no es fácil. ¿Cómo decirles a los venezolanos que subirá el precio de la gasolina cuando el Gobierno casi regala petróleo a otros países? En la última década, Venezuela suministró 301 millones de barriles de crudo a precios preferenciales a 17 países en el marco de Petrocaribe. En algunos casos, a la mitad de lo que cuesta el petróleo en el mercado y con dos años de gracia para el pago, con intereses de entre un 1% y un el 2%.

El presidente Nicolás Maduro ha intentado retomar varias veces el tema, pero hasta ahora lo ha descartado, porque “ajustar el costo del combustible sería echarle más leña al fuego”. Maduro sabe de qué habla: en 1989, el presidente Carlos Andrés Pérez propuso un aumento de 100% en la gasolina, en el marco de un programa de ajuste. El anuncio de los ajustes provocó un estallido social y saqueos, con un saldo de cientos de heridos, muertos y desaparecidos.