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Fuertes combates alrededor del aeropuerto de Trípoli

20 de julio de 2014

Disputas entre grupos rivales causaron al menos una decena de muertos. El gobierno es incapaz de imponerse.

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Imagen: picture-alliance/dpa

Desde hace una semana que milicianos de Zintán, que tienen bajo su control el aeropuerto de Trípoli desde 2011, y los rebeldes islamistas de la ciudad de Misrata, combaten por la supremacía en el estratégico lugar de las afueras de la capital de Libia. Pese a que hace dos días habían acordado un alto el fuego, el sábado retomaron los enfrentamientos y este domingo (20.07.2014) ya se contaba una decena de muertos.

Residentes y testigos de la zona aseguraron a la agencia Reuters que los combates, en los que se usan cañones antiaéreos pesados, misiles Grad y cohetes, han obligado a miles de personas a dejar sus hogares en el barrio de Qasr Ben Ghashir. Un testigo dijo a la misma agencia que hombres armados incluso se han tomado los techos de las casas para seguir combatiendo desde esas posiciones.

Los choques armados en los alrededores del aeropuerto de Trípoli son los mayores que estallan en la capital libia desde la caída en 2011 de Muammar Gaddafi. El frágil gobierno no ha podido hasta ahora ejercer su autoridad sobre las milicias rivales que luchan por poder político y económico y en muchos casos se ven superado por el poder de líderes locales o caudillos políticos.

General sublevado promete orden

Los enfrentamientos prácticamente han obligado a suspender todos los vuelos internacionales –de hecho, el aeropuerto está cerrado desde hace una semana– y ha llevado a la ONU a sacar a su personal del país, por razones de seguridad. En los últimos enfrentamientos, quince aviones civiles y veinte de la compañía aérea nacional resultaron dañados con los bombardeos.

El general sublevado Jalifa Hafter dijo en televisión que sus fuerzas lucharían contra las milicias islamistas en Bengasi, la segunda ciudad de Libia, y prometió que encabezaría una lucha contra el terrorismo, mientras el gobierno central se muestra incapaz de asegurar la estabilidad política del país. Los combates entre distintas milicias elevan los temores de que el mayor productor de petróleo del norte de África esté convirtiéndose en un Estado fallido.

DZC (Reuters, EFE)