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Fidel Castro cumple 85 años ¿sin poder?

13 de agosto de 2011

El ex mandatario cubano entregó oficialmente, a su hermano Raúl, el último de sus cargos. Pero su figura se sigue asociando simbólicamente a reformas económicas en curso y exigencias de cambios políticos.

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Los hermanos Castro, Fidel y Raúl, en 2006.Imagen: picture alliance/dpa

Fidel Castro cumple 85 años. Y, “va a vivir 140”, a pesar de la crisis de salud que lo apartó del poder en 2006, pronosticó recientemente Eugenio Selman-Housein, antiguo médico del ex presidente cubano. Con ello, Castro apenas emularía a más de 1.500 ancianos que hoy sobrepasan los 100 años de edad en la isla de 11,2 millones de habitantes, aseguró Housein.

Cuba celebra con una semana de homenajes, reporta la prensa oficial. “Un poco exagerado”, comenta en su blog Emilio Ichikawa, conocido filósofo cubano radicado en EE.UU. Y es que, hace cinco años, mientras los más radicales anticastristas celebraron en Miami la enfermedad del líder, sus partidarios quedaron conmocionados en la isla. Pero la salud de Fidel –otrora vista como clave para la continuidad del sistema – apenas parece ya ligada a la “actualización del socialismo” que ha emprendido su sucesor.

Su modelo: “no funciona”

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Fidel Castro. Imagen tomado en julio de 2010.Imagen: AP

Dedicado a escribir sus memorias y publicar sus “reflexiones” sobre política internacional, el histórico “Comandante en Jefe” pidió simbólicamente a sus compatriotas que lo llamen “compañero Fidel”. Y hasta aceptó el pasado año que el modelo cubano (diseñado bajo su mando) no es exportable, pues “no funciona ya ni para nosotros mismos”. Aunque luego afirmara, confusamente, que había querido decir “exactamente lo contrario”.

“Ya es un anciano, no es tan coherente”, explicaba entonces a Deutsche Welle el germano especialista en Cuba, Bert Hoffman. Aunque “su autoridad moral dentro del país, al menos en un sector importante de la población, parece prácticamente intacta”, advertía Volker Skierka, biógrafo alemán de Fidel Castro. Quizás por ello Raúl Castro lo menciona brevemente en cada discurso público, asociándolo a antecedentes de las actuales reformas.

Sin cargos, oficialmente

Tras derrotar por la vía armada a la sangrienta dictadura de Fulgencio Batista en 1959, Fidel fue celebrado como “héroe de la libertad”, incluso en medios occidentales como la revista alemana Der Spiegel o el diario norteamericano The New York Times. Quizás, con el mismo entusiasmo con que ha sido criticado desde entonces por sus opositores, o por la propia Der Spiegel, que ya en 1960 lo llamaba, irónicamente, “amado dictador de las masas cubanas”.

Pero el “máximo líder” no está ya al frente del Estado, ni del Gobierno, ni de las Fuerzas Armadas Revolucionarias en Cuba. Este abril, Fidel cedió a su ya también octogenario hermano Raúl, definitivamente, el último de los cargos que concentrara durante décadas y le traspasara “provisionalmente” en 2006: Raúl Castro fue elegido secretario general del Partido Comunista de Cuba, la “fuerza dirigente superior de la sociedad y el Estado”, según la Constitución vigente.

¿Cuba post (Fidel) Castro?

“Un pueblo que ponderaba su futuro, honraba, inclusive quienes no lo querían, a su presidente, y demostraba su preferencia por la paz y una Cuba para los cubanos, no para Miami ni Washington” puede haber sido la clave de la continuidad del sistema cubano hace cinco años. Así lo describió el profesor de la Universidad de Harvard Jorge Domínguez, un cubano-estadounidense tan crítico de los Castro, como de los polémicos proyectos para la Cuba “postcastro” prevista por el exilio radical de Miami y el Gobierno de Washington.

Digerida la retirada de Fidel, son diversas las razones que garantizan cierta estabilidad política en Cuba, aseguran intelectuales dentro y fuera de la isla. Por un lado, el Gobierno sigue limitando a los medios de comunicación autónomos y alternativos. Y frente a las sanciones de Estados Unidos o Europa (bloqueo económico, posición común), la élite política apela a los fuertes sentimientos nacionalistas de la población. Además, la oposición interna mantiene un limitado poder de convocatoria.

Pluralidad pendiente...

Por otra parte, más del 70 por ciento de los cubanos no conoce otros gobernantes que los Castro y muchos comparten una visión apocalíptica del cambio. La emigración y la llegada de remesas del exterior alivian el impacto de la crisis económica en los hogares. Y las recién iniciadas reformas de Raúl Castro no sólo generan escepticismo, sino también espectativas de solución para problemas acuciantes como los bajos salarios, la dualidad monetaria, la escasez de viviendas, los altos precios de los alimentos o la falta de libertad para viajar.

Sin lugar en el programa de reformas sigue, en la Cuba en la que Fidel Castro llega a sus 85 años de edad, la admisión de la pluralidad política, exigen opositores: “enemigos de la Patria”, los ha llamado Raúl Castro ante el Parlamento.

Autora: Rosa Muñoz Lima

Editor: José Ospina-Valencia