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El regreso de un cultivo ancestral

Rachel Stern (AR/PK)3 de noviembre de 2015

El ensete gigante es un cultivo básico en ciertas zonas de Etiopía. El país sufre sequías cada vez más frecuentes, pero la versatilidad y la capacidad de recuperación de esta planta podrían ayudar a combatir el hambre.

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Imagen: DW/J. Breyer

Gebre Ynitso recuerda que cuando era niño en su pueblo había una planta imponente, con amplias y exuberantes hojas verdes. La comunidad local cosechaba sus raíces y hojas, elaboraba con ellas alimentos básicos y con las fibras fabricaba sombreros, sacos e incluso colchones. No se desechaba ninguna parte de la planta.

"Por aquel entonces yo jugaba a esconderme entre las densas plantaciones", cuenta Ynitso, que ahora tiene 52 años de edad y entonces ayudaba a sus padres a trasplantar los ensetes, tal y como se conoce a la llamativa planta. A partir de las raíces, Ynitso construía sus propios juguetes.

Una mujer abraza un ensete, también conocido como falso plátano.
Una mujer abraza un ensete, también conocido como falso plátano.Imagen: Joanne Hale

Endémica de Etiopía, la planta se cultiva allí desde hace más de 7.000 años. A menudo apodada bananero de Etiopía, o falsa banana, por su gran similitud y parentesco con el árbol del plátano. El ensete puede resistir sequías, así como fuertes lluvias, lo que hace que sea un cultivo ideal para el clima etíope.

El cambio climático está causando sequías cada vez más severas en las tierras altas del sur, donde crece predominantemente esta planta. Por ello, los investigadores tratan de que el ancestral y fiable cultivo se convierta en una fuente de alimento básico para todos los etíopes; y poder combatir con ello el hambre.


"Una de las principales características del ensete es que siempre va a estar ahí, como una copia de seguridad, por así decirlo", explica Ynitso, que en la actualidad estudia la planta como profesor del Departamento de Antropología Social de la Universidad de Adís Abeba. "Es como dinero en el banco", dice el investigador.

En la mayoría de las regiones altas densamente pobladas, del suroeste de Etiopía, el ensete sigue siendo un cultivo popular y un alimento básico, según Ynitso. Sin embargo, en la región central, donde la escasez de tierra no es un problema, el interés se ha desplazado a otro tipo de cultivos, que agotan el suelo, como el maíz. Estas plantas se cultivan tanto para su propio consumo como para su venta. En particular, las personas más jóvenes ven los ensetes oriundos como anticuados.


Un alimento básico sólido, pero subestimado

El ensete es un alimento esencial para alrededor de 18 a 20 millones de personas, es decir, para el 20% de la población etíope, según Joanna Hale, consultora agrícola internacional, que anteriormente trabajó para la Agencia de los EE.UU. para el Desarrollo Internacional (también conocida por sus siglas en inglés, USAID). La planta de plátano falso a menudo se cultiva junto al café, que se desarrolla bien a la sombra de sus grandes hojas. Gracias a sus múltiples usos, el ensete es un poco como la navaja suiza de las plantas domésticas.

Aparte de la fruta, que es insípida, se come gran parte de la planta. Su robusta raíz a menudo se cocina hervida y se come junto con carne. Otro plato popular es el kocho, que se obtiene a partir de la harina fermentada del tronco y de los tallos, que se utiliza para hacer una comida parecida al pan. La bulla, un subproducto del kocho exprimido, se come como papilla. A veces los etíopes guardan la raíz en un agujero, de casi dos metros de profundidad, y lo fermentan con levadura y almidón. De este modo, se conserva durante varios años.

Las vacas y otros animales domésticos también roen la planta y proporcionan proteína en forma de carne a la población local. Además, las hojas, que con frecuencia se caen de la enorme planta, mejoran la fertilidad del suelo. Y el ensete tiene una pequeña huella ecológica: produce 2,3 veces más alimentos por unidad de tierra que los cultivos de cereales, según Hale.

"Es una materia prima infravalorada, ya que ofrece una gran seguridad alimentaria para personas con bajos ingresos", explica Hale a DW, señalando que la región del ensete es una de las más pobres y pobladas de Etiopía.

Plantas de ensete creciendo junto a una casa de Etiopía.
Plantas de ensete (a la izqda.) crecen justo al lado de una casa en la provincia de Kaffa, Etiopía.Imagen: DW/J. Breyer
Una mujer muestra un manojo de fibras, que se obtiene del ensete.
Una mujer muestra un manojo de fibras, que se obtiene del ensete.Imagen: Joanne Hale

El crecimiento demográfico es un problema en todo el país. La población se ha triplicado a 94 millones de personas desde 1933. Y en la actualidad, se enfrenta a la peor sequía de los últimos 30 años. Según la ONU, en Etiopía cada año 7,5 millones de personas pasan hambre y requieren ayuda alimentaria. En consecuencia, muchos cambian de opinión sobre el falso banano.

"Durante muchos años el ensete fue blanco de críticas, pero después de la reciente crisis alimentaria, en 2011 y 2012, todos se han dado cuenta de que estaban equivocados", dice Wolde Tadesse, investigador visitante en el Departamento de Estudios Africanos de la Universidad de Oxford, a DW.

Las personas ajenas a la región del mismo hasta ahora consideraban la planta inferior a los cultivos que estaban acostumbrados y más difícil de labrar que los cereales. Pero entonces "aquellas personas, que habían mirado al ensete despectivamente, o que nunca lo habían utilizado, comenzaron a utilizar la planta para salvar sus propias vidas", explica.

Dando a conocer el ensete

En los últimos años, han surgido una serie de iniciativas científicas, económicas y culturales con el objetivo de colocar el ensete en una lugar más moderno y destacar su importancia, tal y como explica Tadesse, que creció en el Altiplano Gamo de Etiopía, donde se cultiva esta planta. Estas iniciativas pretenden promover el falso plátano en regiones, en las que es impopular o nunca ha tenido apoyo.

De este modo, una nueva fábrica ofrece formación sobre la mejor forma de secar las fibras de ensete para obtener un producto de alta calidad. En la actualidad, las fibras se utilizan principalmente para la producción de sacos de café. La Universidad Arba Minch, en el sur de Etiopía, ha creado el "Parque Ensete" para abastecer a los agricultores locales con semillas o materiales para el cultivo de las plantas.

En un intento de aumentar la popularidad de este cultivo como alimento, la Universidad de Dila, en la zona de Gedeo, acogerá un “food truck” (nombre en inglés que se da a las furgonetas de venta ambulante de comida en la calle) llamado "Ensete sobre ruedas" (del inglés, “Enset on Wheels”) . También han surgido festivales gastronómicos. Los agricultores locales mostraron la versatilidad de la planta en un festival reciente en Gedeo, presentando 32 recetas diferentes elaboradas con ensete.

Una hoja de papel fabricada con fibras de ensete.
A partir de las fibras de ensete también se fabrica papel.Imagen: Joanne Hale

Para retroceder a las raíces de la planta como cultivo cultural importante, hay que recordar a la gente su destacada función en muchas tradiciones. Así, el ensete se utiliza como un medio para medir el estatus social, según Shigeta Masayoshi, profesor del Centro de Estudios Africanos de la Universidad de Kyoto, en Japón, que investiga la planta desde hace 30 años.

“El número de ensetes que posee una persona, demuestra lo mucho que es respetada en su comunidad", explica Masayoshi. Asimismo, la falsa banana es una planta ritual, que todavía se utiliza, tal y como la conocían Ynitso y Tadesse en su infancia. Por ejemplo, es el alimento que se da a las madres después de dar a luz. Asimismo, las mujeres machacan sus tallos en los funerales.


"Lo importante del ensete es que mantiene la familia viva", dice Tadesse. Y concluye: "es la columna vertebral de la familia y de la comunidad".