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Sus movimientos fueron registrados por 30 cámaras fijadas en el techo. Cada figurante llevaba un código de identificación en su gorro. A través de las imágenes, los investigadores buscan ideas para diseñar espacios, salidas de emergencia y vías de circulación que eviten aludes humanos. También quieren comprobar si las personas presas del pánico advierten los carteles y las indicaciones gráficas. La idea es dirijir a la multitud en partidos de fútbol u otros eventos masivos.