Epidemia de soledad
La búsqueda de integración social está profundamente arraigada en el ser humano. Nuestros antepasados dependían de su vínculo con el grupo para sobrevivir. Y una investigación reciente sobre los monos de Gibraltar muestra que incluso los mamíferos pueden sufrir el aislamiento social. La sensación de soledad vivida de manera negativa puede entenderse como una advertencia importante: el dolor social nos impulsa a cuidar nuestros contactos humanos. Una tarea difícil en un mundo en el que la digitalización y el individualismo van en aumento y los lazos familiares se deshacen cada vez más. Varias iniciativas tratan de contrarrestar esta tendencia a fin de entender qué efecto tiene la soledad en nosotros y de crear propuestas para aquellos que no logran establecer contactos por sus propios medios. Ahora, incluso la política se ocupa de ello: Gran Bretaña creó recientemente el Ministerio de la Soledad. Las cineastas visitan a personas solitarias en Hamburgo, Berlín, Suiza y la localidad inglesa de Frome y hablan con la psicóloga Maike Luhmann y el experto en amistad Janosch Schobin de los últimos descubrimientos científicos sobre las causas de la soledad.