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Emoción para rato

DW WORLD7 de febrero de 2008

La decisión final sobre quién representará al Partido Demócrata en las próximas elecciones presidenciales en Estados Unidos podría tardar meses aún, dice la prensa europea.

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Obama o Clinton: una larga espera.Imagen: AP

El Tagesspiegel, de Berlín, opina al respecto: „Se busca a un nuevo capitán, y el rumbo hacia el que torcerá el timón parece ser lo de menos. ‘Cambio' es la palabra mágica, que está en boca de todos; en su vaga naturaleza, resulta seductora y a la vez banal. Pero pase lo que pase, el próximo presidente de Estados Unidos no se llamará Bush. Esta certidumbre es un alivio para el país y para el resto del mundo.”

Respeto a las normas

A su vez, el Stuttgarter Zeitung, de Stuttgart, hace las siguientes consideraciones: “La candidatura republicana de John McCain parece cosa segura, mientras que del lado demócrata no hay nada decidido. Por el momento parece que las cosas se inclinan a favor de Obama. En pocos días continuará el maratón electoral para el senador de Illinois en varios estados sureños de la Unión Americana. Tanto él como Hillary Clinton tienen espacio para que su contienda se decida de manera clara y limpia. Pero para ello, ambos precandidatos necesitan disciplina y respeto a las normas. No existe en este momento garantía alguna para tal cordura.”

Sucesión nada común

El Neue Osnabrücker Zeitung, de Osnabrück, coincide: “Posiblemente, ambos precandidatos demócratas salgan perdiendo. En una carrera tan larga y tan pareja, se corre el riesgo de que surja la guerra sucia de uno u otro lado. El ganador podría resultar el republicano John McCain. Mientras más se agudice la competencia entre Clinton y Obama, más fácil le resultará a McCain presentarse como el ciudadano independiente que llegue a ordenar el panorama y a unificar a la nación. Clinton es mujer, Obama es afroamericano, y McCain el que con más edad llegaría a la Casa Blanca. Cualquiera que sea el resultado, la sucesión de George W. Bush no será convencional.”

Indecisión de los electores

En Bonn, el General Anzeiger pone en el centro de la discusión a los ciudadanos: “Los electores estadounidenses están más indecisos que nunca; ello tanto en el lado demócrata como en el repúblicano, aunque ambos responden a causas distintas. Por una parte, los demócratas están tan encantados con Clinton y Obama, que les resulta difícil decidirse por uno de ellos. En los republicanos no hay tan buenos candidatos pero, en cambio, el partido carece de rumbo y consenso.”

Emoción para rato

Las expectativas de los candidatos son analizadas desde el punto de vista técnico-electoral por Der Standard, de Viena: “Pese a la victoria de Clinton en California, Obama se encuentra a una docena de votos por debajo de la senadora por Nueva York. Esto da relevancia a los llamados ‘súper delegados', ese 20 por ciento que tiene derecho a votar pero no a ser votado en el congreso del partido y que vienen del propio establishment. Mucho es lo que depende de las recomendaciones sindicales, las cuales representan un tercio de los súper delegados. Aquí podría resultar crucial la figura del ex candidato John Edwards, que posee buenas relaciones con los sindicatos. Por ello es muy probable que el final de esta maratónica nominación no se produzca antes del congreso demócrata, a finales de agosto.”