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El miedo: un nuevo equipo de fútbol

Israel Dehesa
13 de abril de 2017

Entre jugadores, aficionados y periodistas surge una sensación hasta ahora ajena al estadio: el miedo. ¿Se convertirá la cancha en blanco del terrorismo, y la asistencia al estadio en un acto de valentía?

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Imagen: Getty Images/AFP/P. Stollarz

El balompié es sin duda uno de los espectáculos deportivos más populares de la modernidad. Parece que el terrorismo lo ha elegido como uno de sus objetivos por el impacto mediático que genera. Y así, de la noche a la mañana, asistir a un partido de fútbol se ha convertido en un acto de valor.

 

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Después del ataque terrorista contra el BVB este martes 11 de abril se desató en Alemania un debate entre aquellos que están convencidos de que no haber pospuesto el juego entre el Dortmund y el Mónaco representa una victoria sobre "aquellos que pretenden amenazar nuestro estilo de vida", y aquellos que califican de irresponsables a las autoridades que decidieron no reubicar los encuentros, pese a la incertidumbre e inseguridad de la amenaza latente de un posible ataque que pudiera cobrar muchas vidas.

Fiesta y violencia

En los siete años de mi carrera como periodista deportivo he asistido a multitud de encuentros en casi todos los estadios de Alemania y Holanda, así como en campos italianos, griegos, turcos y suizos. Pero nunca antes experimenté la sensación que viví durante el encuentro de la Liga de Campeones de este miércoles 12 de abril en Dortmund.

El bus de Borussia Dortmund tras el ataque.
El bus de Borussia Dortmund tras el ataque. Imagen: picture alliance/dpa/C. Linhoff

El fútbol debería ser una fiesta y sabemos que no está exenta de violencia. Este espectáculo es una válvula a través de la cual algunos liberan frustraciones. El fútbol es, probablemente, el deporte en el que se registran más incidentes, incluso mortales, a causa de enfrentamientos entre aficionados. En mi carrera por lo menos en cinco ocasiones estuvo amenazada mi integridad física por parte de hinchas. Pero como periodista deportivo uno asume que este tipo de incidentes son gajes del oficio.

La confesión

Y aún así hasta este miércoles jamás me había confrontado con la sensación de miedo: en Dortmund por primera vez sentí miedo. Sin tener la certeza de que se tratase realmente de un acto terrorista, tuve que luchar con no dejarme condicionar por el terrorismo. ¿Pondría alguien en riesgo la seguridad de todos los asistentes al estadio? La duda no me soltó durante toda la jornada.

El encuentro terminó sin incidentes. Después del partido un grupo de aficionados de Dortmund nos agredió verbalmente a mí y al camarógrafo al recopilar algunas opiniones sobre la jornada. "Maldita televisión, no tienen nada qué buscar aquí".

Sería absurdo calificar al periodismo deportivo como actividad de riesgo, y más absurdo vivir con miedo. Pero lamentablemente algo que hace un año me habría parecido inimaginable, se vuelve realidad: el miedo ha llegado a la cancha de fútbol. Existe una posibilidad latente de que el fútbol esté en la mira de los terroristas.