1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

El ex jefe de la Deutsche Post se declara culpable de fraude

dpa/afpd/lbm (er)22 de enero de 2009

Culpable de los cargos de fraude fiscal: así se ha declarado el ex presidente de la empresa alemana de correos Deutsche Post, Klaus Zumwinkel, ante el tribunal que juzga sus evasiones de impuestos.

https://p.dw.com/p/GeUH
Klaus Zumwinkel (izq.) junto a su abogado, Hanns W. Feigen.Imagen: AP

“Sin andarme por las ramas ni poner peros, quiero que quede constancia: la acusación en mi contra está fundamentada. Fue el mayor error de mi vida, y lo acepto", dijo Klaus Zumwinkel al tribunal. Quien fuera jefe de la Deutsche Post y uno de los ciudadanos mejor posicionados de Alemania, quien en su día se codeara con la clase política al más alto nivel y quien fuera perceptor de un sueldo millonario, depositó dinero en el vecino principado de Liechtenstein para librarse así de su contribución a las arcas del Estado.

A los alemanes les va a costar aceptar el arrepentimiento de Zumwinkel, que pidió en la sala disculpas en repetidas ocasiones y se declaró dispuesto a asumir la responsabilidad de sus actos. Después, recordó que su deuda impositiva ya está saldada: se espera que la corte emita su veredicto el próximo lunes.

Un millón de euros, y podrían ser más

No todos los casos de este tipo acaban ante un tribunal: muchos se solucionan antes por medio de acuerdos entre las partes. Pero la popularidad de Zumwinkel le concede poco margen para librarse de un cara a cara con el juez: cualquier trato que le hubiese evitado el mal trago habría sido interpretado como un “regalo a los poderosos”.

Así, a sus 65 años, Zumwinkel ha tenido que trasladarse hasta la ciudad alemana de Bochum y admitir personalmente que ocultó a Hacienda los beneficios de una herencia millonaria depositada en un banco de Liechtenstein, lo que le permitió evadir impuestos por cerca de un millón de euros: se estima que fueron varios los millones que el ex ejecutivo ocultó al fisco alemán, pero debido a los plazos de prescripción sólo enfrenta cargos por evasión de 966.000 euros.

El ex hombre fuerte de Deutsche Post expuso además a sala su actual situación financiera. Según sus declaraciones, posee acciones y títulos cuyo valor asciende a ocho millones de euros, así como una residencia de cinco millones de euros en el italiano Lago di Garda. 2009 le reportará unos ingresos de alrededor de 600.000 euros, aunque ya no desempeña ninguna función directiva.

En los breves tres cuartos de hora que duró la sesión, el ex ejecutivo de correos confesó que el fin de depositar el dinero en Lichtenstein era ponerlo a salvo de las autoridades fiscales para que sirviera exclusivamente al beneficio propio y al su familia.

Borrón y cuenta nueva

"Quiero hacer borrón y cuenta nueva y afrontar las consecuencias jurídicas de mi falta", dijo Zumwinkel, "ya la he pagado amargamente con otros golpes dolorosos: mi carrera tuvo un súbito final, y el trabajo era mi vida".

A mediados de febrero de 2008, el ejecutivo salió de su casa escoltado por la policía y una fiscal, tras una espectacular redada ante cámaras de televisión. Un día después, renunciaba a todos sus cargos: al de presidente de la Deutsche Post, al de miembro del consejo de vigilancia de la aerolínea Lufthansa, de la operadora telefónica Deutsche Telekom y otras empresas.

El juicio contra Zumwinkel será corto. El fallo se espera para el próximo lunes y la pena seguramente no lo lleve a ver nunca un calabozo por dentro: la cárcel será esquivada con la libertad condicional y una elevada sanción pecuniaria.

También hay quien cree que es el mismo Estado el que no está interesado en un proceso largo porque, en tal caso, cabría la posibilidad de que tuviera que dar detalles sobre el modo en que accedió a los datos que permitieron la detención de Zumwinkel y la apertura de otros 400 expedientes por evasión de impuestos: una información que fue robada al banco LGT de Liechtenstein y vendida en un CD al servicio alemán de inteligencia.

Desde que estalló el caso de Zumwinkel, otros centenares de alemanes pudientes han acudido a la Justicia para admitir que poseían cuentas en Liechtenstein y saldar sus deudas con el fisco: si la confesión se hace antes de que éste llame a la puerta, el método sirve para evitar las sanciones adicionales.