1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

"El bombardeo sobre Guernica supuso una fractura de la civilización"

Emili Vinagre26 de abril de 2007

En el 70 aniversario del bombardeo sobre Guernica, DW-WORLD conversó con el historiador alemán Wolfgang Wippermann, presidente de la asociación cultural germano-vasca "Guernica".

https://p.dw.com/p/AJmJ
Setenta años después del ataque, la población vasca conmemora aquellos hechos.Imagen: AP

DW-WORLD: ¿Por qué el bombardeo sobre Guernica?

Wolfgang Wippermann: El bombardeo sobre Guernica es propiamente el primer crimen de guerra del que hay constancia. El objetivo era sembrar el terror, porque Guernica no tenía ninguna significación a nivel militar, se trataba sólo de un símbolo, de la ciudad santa de los vascos. Por su parte, los alemanes querían demostrar que las nuevas técnicas de bombardeo podían ser decisivas militarmente.

¿Se trató, entonces, de una prueba?

Desde la Primera Guerra Mundial, los aviones habían empezado a tomar parte en los conflictos bélicos. En un principio, en el marco de una guerra en el aire. Con Guernica, se trata de probar diferentes tipos de bombas para reducir una ciudad a cenizas. Más tarde, este método se utilizó durante la Segunda Guerra Mundial. Aquí en Alemania tenemos los casos de Hamburgo y Dresden. Sin embargo, hay que remarcar que fueron los alemanes los primeros a realizar una acción de ese tipo, y los que militarmente se sintieron satisfechos de su éxito.

¿Se puede hablar de un antes y un después del bombardeo?

Guernica significó no solamente un ataque con el terror como arma, sino una fractura de la civilización. Así es como Pablo Picasso lo percibió y lo expresó en su cuadro "Guernica" de forma magistral.

Sin embargo, hablar de Guernica es también hablar de olvido.

El recuerdo de Guernica es ocultado, eliminado. Tras la Guerra Civil española y la victoria de los facistas, el general Franco es recibido en el llamado "mundo libre" en nombre del anticomunismo. Eso provoca que el recuerdo de Guernica quede en el olvido. Evidentemente, en España estaba absolutamente prohibido hablar del tema. Pero es que en Alemania, la Guerra Fría y el conflicto de bloques provocó también que el recuerdo del ataque sobre Guernica cayera en el olvido.

¿Explica este olvido que las disculpas oficiales del gobierno alemán por el bombardeo no llegaran hasta hace diez años?

Se puede decir que no hubo un sentimiento de culpa, que tras el padecimiento en primera persona de ataques aéreos como los de Hamburgo y Dresden se olvidó que en Guernica fueron los propios alemanes los primeros en llevar a cabo un ataque de este tipo contra población civil, y posteriormente durante la misma Segunda Guerra Mundial contra ciudades como Coventry, Varsovia o Belgrado.

¿Y cómo se retoma la cuestión y se revisa tras tantas décadas este acontecimiento histórico?

En nuestro caso, desde la asociación cultural germano-vasca "Guernica", aprovechamos la conmemoración de los 60 años del bombardeo, en 1997, para organizar un gran simposio aquí en Berlín, que obtuvo un gran eco en la prensa tanto alemana como española. También coincidió entonces con la presencia del presidente federal, Roman Herzog, en Guernica, donde pidió oficialmente disculpas en nombre del pueblo alemán. Eso supuso en el País Vasco y en Guernica un gran acontecimiento.

Eso fue hace diez años, pero la asociación que preside ha continuado con sus actividades hasta ahora.

En estos últimos años hemos seguido llevando a cabo pequeñas iniciativas de carácter histórico y hemos extendido nuestra colaboración a multitud de organizaciones vascas. Destacaría que de lo que se trata es del nacimiento de una nueva conciencia colectiva histórica desde abajo. Se trata de un movimiento civil, y es por eso que los actos organizados ahora -con motivo del 70 aniversario del bombardeo- me hacen especialmente feliz.

¿Y qué experiencia sacamos de lo que pasó hace setenta años?

Creo que el hecho de que se puede aprender de la historia. Nuestra tarea es una muestra de ello, de que se puede aprender a partir de la historia de nuestros crímenes y convertir un hecho como el de Guernica en algo positivo.