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El bastión salafista de Bruselas

Barbara Wesel (lgc/jov)22 de noviembre de 2015

Los líderes de la mezquita más grande de la capital belga, financiada por el régimen salafista de Arabia Saudí, se distancia del terror. Pero no parece mostrar todas sus cartas.

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Moschee in Brüssel
Imagen: DW/B. Wesel

Se quería enviar un mensaje rotundo a la comunidad belga, dice Mohamed Ndiaye, uno de los imanes del Centro Islámico y Cultural de Bruselas: "Expresamos nuestro profundo pesar por los ataques terroristas en París. Nuestros pensamientos están con los franceses y los familiares de las víctimas". El Centro, la mezquita más grande de la capital belga, se encuentra a pocos pasos de la Comisión Europea. Los fieles llegan para la oración del viernes. Mientras, la dirección ha convocado una rueda de prensa. Quiere contrarrestar la idea de que han contribuido a la radicalización de los musulmanes.

Diálogo en árabe

Ndiaye explica que se organizan cursos de árabe, de formación para los imanes, encuentros con las autoridades de la Unión Europea y con ciudadanos belgas o clases de Corán para setecientos niños, entre otras actividades culturales. Lo hace en perfecto francés. Tras él habla el imán supremo, el egipcio Abdelhadi Sewif, en árabe: "el Islam es una religión de paz y de caridad, no tiene nada que ver con la violencia terrorista, como la sufrida en París". También el saudí Jamal Momenah, director del centro, rechaza que se relacione a la mezquita con los islamistas radicales del barrio de Molenbeek. Ellos no han entendido el Islam correctamente, afirma.

Moschee in Brüssel
Dos imanes, junto al director de la mezquita del Parque del Cincuentenario.Imagen: DW/B. Wesel

Momenah rehúye la pregunta de por qué no trataron de utilizar su privilegiada posición para influir sobre los durante años conocidos predicadores del odio en Molenbeek. Que si cada uno es responsable de sí mismo. Que si trabajaban al margen de los otros predicadores. También él se dirige a los periodistas en árabe, aunque lleva años viviendo en Bélgica. Como Sewif, que lleva desde 2004. ¿Qué posición adoptarían si sólo se permitiera predicar en idioma nacional? Todo tendría que ser traducido, dicen. Y rechazan que hacerlo en árabe promueva la instauración de una sociedad paralela.

Prinz Faisal v. Saudi-Arabien Ausschnitt
El rey Faisal de Arabia Saudí...Imagen: picture-alliance/akg-images/Paul Almasy

Pacto de Bélgica con el Rey saudí

En contraste con la presentación que hacen del Centro Islámico, los informes de prensa son muy críticos. "La gran mezquita lleva treinta años siendo un activo semillero del salafismo, para cuyas redes supone un caldo de cultivo", escribió el diario francés 'Libération' unos días antes de los atentados en París.

Y cita al investigador del Islam Michael Privot, de la Red Europea contra el Racismo: "las ideas salafistas están muy arraigadas entre los musulmanes de la capital belga". Se remontan al proselitismo de Arabia Saudí en la zona "Las autoridades belgas han jugado con fuego durante treinta años". La historia se remonta a 1967. Bélgica tenía déficit y buscaba poder comprar petróleo barato. A cambio de este, el rey Balduino hizo un trato con el rey Faisal por el que le arrendaba el pabellón oriental de la Exposición Universal en el Parque del Cincuentenario por 99 años. Al mismo tiempo, cedía a Arabia Saudí la formación de los imanes. Era una carta blanca para difundir el salafismo.

...y su homólogo Balduino de Bélgica.
...y su homólogo Balduino de Bélgica.Imagen: picture-alliance/Sven Simon

Escándalo sobre el director

El verano pasado Wikileaks destapó una faceta oscura de la historia de la mezquita que contradice las proclamas de trabajar por la paz y la comprensión que hacen sus encargados. Se trata de una comunicación en la que el gobierno belga informaba al embajador saudí de un problema con el director de la mezquita, Khalid Alabri, en 2012.

"Sus prédicas eran salafistas, antiisraelíes y antioccidentales. Su máxima suprema era la primacía del salafismo sobre todo lo demás", informó entonces un testigo a la emisora ​​belga RTBF. Los discursos de Alabri eran tan extremistas que cruzaron las líneas rojas de la tolerancia belga. Alabri fue retirado.

La organización oficial de las mezquitas belgas, el Consejo Ejecutivo de los musulmanes, se ha sentido impelido a pasar a la ofensiva. Quiere reposicionarse para poder oponerse al control saudí de la mezquita. Según informan los imanes marroquíes del Consejo, incluso en Rabat el influjo salafista se está volviendo demasiado fuerte.

El periodista belga y experto en terrorismo Claude Moniquet opina que una interpretación extensiva de la libertad de expresión en Bélgica llevó al estado a tolerar la propagación de las enseñanzas radicales durante décadas. Además, la consigna política era a menudo propugnar la paz social con los inmigrantes, y no el conflicto. Pero ahora va a ser difícil cambiar las cosas y recuperar el tiempo perdido en la lucha contra las ideas extremistas.