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La gente sana utiliza programas sencillos para supervisar sus actividades físicas. Por su parte, quienes padecen enfermedades crónicas implementa dichos instrumentos para apoyar sus tratamientos y así tener una vida más llevadera. Los datos que arrojan dichos dispositivos son de interés para las compañías farmacéuticas y para los especialistas. Asimismo, las aseguradoras médicas prevén en un futuro controlar a sus miembros mediante aplicaciones de salud, motivando su participación con programas de bonificación; algo que por otro lado es controvertido.