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El pintor más caro

9 de febrero de 2012

El mundo del arte está de acuerdo en algo: Gerhard Richter es uno de los artistas más importantes de la actualidad. Sus obras alcanzan cifras astronómicas en los mercados. Hoy cumple 80 años.

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Gerhard Richter, un artista que se expresa con su arte, no con sus palabras
Gerhard Richter, un artista que se expresa con su arte, no con sus palabras.Imagen: picture-alliance/dpa

Gerhard Richter es un observador preciso del mundo. Hijo de un nazi, nació el 9 de febrero de 1932 en Dresde. Creció en la antigua Alemania del Este, huyó del comunismo, trató en su arte el tema de la Fracción del Ejército Rojo y se subió a un avión rumbo Nueva York en la mañana del 11 de septiembre de 2001. Richter refleja lo que ve. En completo silencio. Rara vez habla de su arte y no comprende el torbellino montado a su alrededor. Los precios que se pagan por su obra le parecen “tan absurdos como la crisis financiera”. Eso es lo que dijo cuando el pasado año su cuadro “Kerze” (Vela) se subastó por 12 millones de euros. Fue una de las pocas declaraciones públicas del pintor.

El silencio también planea sobre sus obras. A primera vista, parecen como de otro mundo. Pintó su cuadro “Kerze” sobre una fotografía y, sobre ella, difuminó varios colores con un pincel seco. El motivo de la vela ha sido representado innumerables veces en la historia el arte. La pregunta es: ¿qué aporta de novedoso la aproximación de Richter? Kaspar König, director del Museo Ludwig, considera que la vela es, por un lado, algo kitsch y, por el otro, el símbolo de la civilización: vida, luz, color, progreso y fugacidad.

"Vela", de Gerhard Richter, alcanzó un precio astronómico en subasta
"Vela", de Gerhard Richter, alcanzó un precio astronómico en subasta.Imagen: Museum Frieder Burda, Baden-Baden, © Gerhard Richter, 2012

“Realismo capitalista”

König conoce muy bien la obra de Gerhard Richter. Estuvo presente el 11 de octubre de 1963, el día en que Richter y Konrad Lueg protagonizaron un curioso espectáculo en la tienda de muebles “Berges”, de Düsseldorf. Su legendario happening llevaba por título “Vivir con el pop. Exposición de realismo capitalista”. Entre sillones y sofás, Richter y Lueg colgaron cuadros con títulos como “El pastor” y “Castillo Neu-Schwanstein”. Los artistas, sentados como esculturas en los sofás, se dejaban observar por el público. Había aperitivos salados y pasteles. De vez en cuando, se daban una vuelta por el local. Kasper König dice que “en aquel momento estaba claro que Richter ya estaba de camino hacia algo serio. Sabía lo que se traía entre manos”.

Fotos como base

“En 1961, Richter emigró desde Dresde hacia Occidente. Comenzó desde cero en Düsseldorf, en cuya Academia de Arte estudió. Tanto las obras de propaganda nazis como el arte de la Alemania del Este, con sus mensajes contundentes, provocan en el artista escepticismo sobre la pintura. Como consecuencia de ello, pinta fotos sobre su caballete. Al principio, en blanco y negro, como los originales. Después, cambia la técnica y trabaja difuminando colores.

"Ema", un desnudo significativo para el arte
"Ema", un desnudo significativo para el arte.Imagen: picture-alliance/dpa

Ema” es una obra clave de 1966, que hoy pertenece a la colección del Museo Ludwig , “Aunque se trata de un desnudo, no tiene nada de pornográfico”, dice Kaspar König, que ya ha sido comisario en dos exposiciones sobre Richter.

Un nuevo significado para el desnudo

En aquel momento, el desnudo era un género de capa caída. Todo lo que había que decir al respecto, lo había dicho ya Duchamp en 1912. Su conocido “Desnudo bajando una escalera” recordaba, más que a una persona, a una máquina con movimientos de autómata.

Richter tomó una foto de su esposa Ema bajando de la escalera de su casa de Düsseldorf, la colgó sobre el caballete y la pintó. La imagen desenfocada desvirtuaba la identidad de la protagonista. “Lo verdaderamente innovador fue trabajar con una cámara Polaroid”, dice König.

El éxito no se hizo esperar. Richter se situó entre los artistas más demandados, comenzó a exponer en galerías y museos y, en 1971, comenzó a impartir clases en la Academia de Arte de Düsseldorf. Durante años, dictó su seminario de los martes, relata Norbert Arns, su asistente.

Imágenes de la Fracción del Ejército Rojo

Richter ha concluido unas mil obras en los últimos 50 años. En 1988 causó sensación con su ciclo sobre la prisión de alta seguridad Stammheim, en Stuttgart. El título reza lacónico: “18 de octubre de 1977”. Ese día, varios miembros de la Fracción del Ejército Rojo fueron encontrados muertos en sus celdas.

"Gudrun", inspirado en una terrorista de la Fracción del Ejército Rojo
"Gudrun", inspirado en una terrorista de la Fracción del Ejército Rojo.Imagen: dapd

El ciclo consta de quince cuadros, un fragmento controvertido de la historia de Alemania. No todo el mundo comprendió por qué Richter se interesó por aquel asunto. El MOMA de Nueva York reconoció la calidad de la obra y la adquirió en 1995 por 3 millones de marcos.

Arte millonario

El nombre Gerhard Richter funciona como una marca en el mercado del arte. Los coleccionistas suelen pagar mucho dinero en las subastas por sus obras. Kaspar König piensa que Richter es una muestra de la irracionalidad de este negocio. “A la gente le encanta y compra sus obras antes de verlas. Tiene algo de especulativo”, dice.

Por su parte, el artista pidió explícitamente no recibir regalo alguno el día de su octogésimo cumpleaños.

Autora: Sabine Oelze/MS
Editora: Emilia Rojas