1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

El amenazado mundo de las ballenas

29 de mayo de 2007

Cada año, los miembros de la Comisión Internacional para la Caza de Ballenas se reúnen y deciden si otorgan una nueva moratoria a la restricción en la caza de estos mamíferos. Pero no sólo la pesca amenaza a las ballenas

https://p.dw.com/p/AmAs
El compromiso para evitar su caza no impide las capturas.Imagen: AP

En 1986 entró en vigor un compromiso asumido por 75 Estados cuyo fin era proteger a las ballenas de la caza indiscriminada. Entre los 75 países que conforman la Comisión Internacional para la Caza de Ballenas (CBI), y que estamparon su firma sobre el acuerdo, se encuentran los pescadores predilectos de estos grandes mamíferos: Japón, Noruega e Islandia. También sus tradicionales defensores, como Alemania.

Wal im Wasser
La pesca con fines científicos o tradicional está permitida por la CBI.Imagen: AP

Desde 1986, Japón ha cazado más de 15.000 ballenas, Noruega más de 7.000 e Islandia casi 500, ha contabilizado la ONG World Wide Fund for Nature (WWF). Entre el 2000 y el 2006, la captura de los cetáceos marinos se ha duplicado. El compromiso tiene sus subterfugios. Por ejemplo, la pesca científica que aseguran practicar los japoneses. Sólo para no desperdiciar la carne de las ballenas después de haber servido a la investigación acaba ésta en las cocinas de los restaurantes, puntualizan las autoridades niponas.

"Denominar 'caza científica' a la práctica japonesa es un agravio a todo científico serio", opina sin embargo Ralf Sonntag, director de WWF Alemania.

Japón a la compra de votos

La Comisión Internacional para la Caza de Ballenas se reúne una vez al año. El que se celebra hasta el próximo viernes en Alaska, Estados Unidos, es el encuentro número 59. Como en las otras 58 ocasiones, las discusiones discurrirán por senderos similares y los argumentos seguirán cortados por el mismo patrón. Las posturas son tan inmovibles que han creado dos férreos frentes: pro ballenas contra pro pesca.

Wal
Las redes destinadas a otros peces dejan muchas ballenas moribundas.Imagen: AP

El año pasado, los defensores de las ballenas sufrieron un duro golpe. Por primera vez, los favorables a la pesca sin restricciones superaron a quienes se oponen a dar rienda suelta a los arpones. Un solo voto marcó la diferencia. Se necesita al 75% de los Estados para derogar la moratoria en la caza, que sobrevive estas votaciones desde hace ya 21 años.

Todos los pronósticos apuntan a que la moratoria superará también la conferencia de 2007. Japoneses, noruegos, daneses y otros intentarán, bloqueado el camino para la liberación de la caza, imponer cuotas de pesca más holgadas. Pero los ecologistas temen un proceso que a la larga podría ser peligroso para las ballenas: la compra de votos.

"Desde hace años, Japón hace depender su ayuda al desarrollo de que los países entren a formar parte de la CBI y apoyen en ella la postura japonesa. Estamos ante un claro caso de soborno, gracias al cual Estados como Laos, Mongolia o Costa de Marfil son hoy miembros de la CBI y votan junto a Japón", dice Thilo Maack, biólogo marino de la ONG Greenpeace.

Gestrandeter Wal
Las ballenas encallan por motivos que aún no se han descifrado al 100%.Imagen: AP

Los problemas que tapa la caza

Sin embargo, los balleneros no son los únicos peligros que acechan a estos gigantes de los mares. La contaminación de las aguas, las redes en las que caen, pero no están destinadas a ellos, el cambio climático, las corrientes que ya no circulan como acostumbrado y tuercen sus caminos, dificultan su reproducción, los hacen encallar. Temas que la lucha por caza y en su contra postergará a un segundo plano en la reunión de Alaska.

"En la CBI se hablará en los próximos días principalmente sobre la caza. A los problemas acuciantes de las ballenas se dedicará sólo unas pocas horas", lamenta Maack. "Cada año mueren en las redes de la pesca mundial más de 300.000 ballenas y delfines, a lo que se le suman las muchas víctimas de la contaminación de los mares y del exceso de ruido en los fondos marinos".