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EE. UU., un país dividido

10 de noviembre de 2016

En los bares de Wall Street, en el corazón de Manhattan, sólo hay un tema de conversación: Donald Trump. Como en el resto de Estados Unidos, en Nueva York se siente la polarización que provocó el nuevo presidente.

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Protestas contra Trump en Chicago.
Protestas contra Trump en Chicago. Imagen: Getty Images/J. Gress

"Tengo un hijo de 14 años de edad y estoy muy preocupada por lo que ha sucedido", dijo ShaCarol Holland a DW. Esta afroamericana, de 36 años, tiene miedo ante la perspectiva de tener un presidente que continuamente hizo comentarios racistas durante su polémica campaña.

Randy Smith, por su parte, no comparte esos temores. Smith, de 56 años, es uno de los pocos afroamericanos que votó al republicano Trump. A Smith no le gustó Hillary Clinton, "la candidata políticamente correcta”, sino Trump, por sus "críticas contra el sistema”. "Ahora tenemos a alguien que no ha estado involucrado en la política antes de haber sido elegido presidente. Eso es lo que Estados Unidos necesita", cree Smith.

Estados Unidos, dividido entre el campo y las ciudades

El inesperado éxito de Trump ha sacado, una vez más, a la luz las divisiones en la sociedad estadounidense. Como de costumbre, los demócratas ganaron en las ciudades a lo largo de ambas costas, mientras los republicanos obtuvieron su victoria, gracias al sur y las zonas rurales del centro del país.

Tras la victoria, Trump dijo que "era hora de sanar  las heridas abiertas por la división”. También Clinton y Obama convocaron a unirse tras el nuevo presidente electo. Pero fueron tantos las amenazas y los insultos proferidos por Trump durante su campaña que eso hace difícil una reconciliación.

Fervientes trumpistas versus decepcionados

Trump atrajo principalmente a los blancos y a los descontentos con el sistema político de Estados Unidos. En la mañana de este jueves (10.11.2016), más de una docena de sus seguidores se congregaron frente a la Torre Trump en Manhattan gritando consignas como "Seque el pantano”,  en referencia a Washington y la presunta corrupta política de la capital. La Policía tuvo que separar a seguidores de Trumpo de los decepcionados por la derrota de Clinton que gritaban "Trump no es nuestro presidente”.

"Hemos recuperado el control”, decía, por su parte, Joey, un puertorriqueño de Brooklyn, que llevaba una pancarta con la frase: "Trump y brexit: el poder para el pueblo".

Entre la multitud había varios liberales más jóvenes, como la neoyorquina Isabel Dayo, de 18 años, quien dijo estar asustada. "Soy judía y mis amigos son de las más diferentes razas. Estoy preocupada por lo que pueda suceder ahora".

Stephanie Freema, una estudiante de economía de 21 años, votó por Clinton y  también expresó estar preocupada por las políticas económicas de Trump. El magnate inmobiliario ha amenazado con revocar los acuerdos de libre comercio.
"Me preocupa que vaya a arruinar nuestra economía", dice, y se pregunta: "¿Habrá un trabajo para mí cuando me gradúe?”.

Su amiga Isabel estaba más enojada con los jóvenes que no salieron a votar. "Mucha gente se quejaba de Trump, pero no se molestó en votar", advirtió esta bailarina de 21 años de edad.

Por último, el comerciante de arte Donald Ellis, quien observó el primer discurso del presidente electo cerca de la sede central de la campaña de Trump, llega a una conclusión más drástica: "Esto es el surgimiento del fascismo en Estados Unidos y no puedo creer que lo esté viendo con mis propios ojos".

Peter Geoghegan (JOV/CP)