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Sociedad

Dos años del accidente de Germanwings: ola de dolor

Andrea Grunau
24 de marzo de 2017

¿Se puede volver a reír? ¿Celebrar la graduación cuando faltan 16 compañeros? Matilde Schroeter-Rupieper acompañó a padres, hermanos y amigos de Haltern en su duelo.

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Germanwings Absturz - Jahrestag
Imagen: picture alliance/dpa/P. Kneffel

"La necesitamos aquí", dijo una madre del Instituto Joseph-König a la especialista de su parroquia en Gelsenkirchen cuando se enteró de que 18 estudiantes no regresarían de su viaje de estudios a Barcelona. Viajaban en el vuelo 4U9525 de Germanwings a Düsseldorf cuando el avión se estrelló en los Alpes franceses. Después se supo que el copiloto estrelló el avión con 150 personas a bordo. Era la tarde del 24 de marzo de 2015. Matilde Schroeter-Rupieper, del Instituto Lavia para Traumas Familiares y Duelo, acudió enseguida con una compañera a Haltern.

El párroco le pidió que regresara al día siguiente. Fue con una profesora de quinto curso para mostrarle formas de salir del estado de estupefacción. Ella escribió las preguntas de los estudiantes en la pizarra: "¿por qué ha pasado todo esto?". "¿Se dan cuenta desde el cielo de nuestra tristeza?". "¿Qué habrá pensado el piloto mientras descendía?". La maestra aplicó lo aprendido. "Es muy probable que ahora tengáis pensamientos y sentimientos  negativos, vamos a intentar reducir el estrés juntos". Dos horas estuvo en clase. "Quien cuenta hacia atrás no puede pensar en cosas negativas", eso dijo a los niños. Al rato una niña exclamó: "¡Ha funcionado!".

Matilde Schroeter-Rupieper fue a la clase de español de décimo curso, el de los fallecidos. ¿Cómo afrontar mis sentimientos? De eso habló con los chicos. "Estar triste no es sólo llorar –les explicó–: algunos sienten infinita rabia contra Dios o contra el mundo, o se quedan completamente callados, otros quieren únicamente alejarse, otros gastan bromas tontas… es su forma de evadirse". "Ningún duelo es incorrecto". Sobre el luto y las estrategias para continuar adelante con la vida después de la pérdida habla ella a menudo desde entonces con los hermanos y amigos de las víctimas del accidente. También con muchos padres.

Llevar tierra para los niños

Han pasado dos años. En el aniversario, muchos familiares han vuelto a viajar a Le Vernet, el pueblecito francés junto al que se estrelló el avión. Allí sienten particularmente cerca a sus hijos o parejas. Cuando fueron allí por primera vez, reflexionaron juntos qué llevar consigo. "Vuestros hijos han muerto en el extranjero, llevad algo de tierra, les propuso Schroeter-Rupieper, o desperdigad allí semillas de 'nomeolvides', pues al florecer en ambos sitios levantan un puente".

Mechthild Schroeter-Rupieper - Autorin
Mechthild (Matilde) Schroeter-Rupieper es especialista en traumas por pérdidas familiares.Imagen: M. Möllers

No todos han viajado a Le Vernet, también en Haltern se llorará de nuevo a los muertos. En los aniversarios el dolor aumenta, dice la especialista, y también se somatiza: problemas estomacales, dolores de cabeza, náuseas e insomnio.

Miedo a ahogarse

Muchos jóvenes se sienten hoy, no obstante, mejor preparados que hace dos años. "El dolor llega como una ola", dicen, "al principio lucha uno completamente contra ella, pero en algún momento debes aprender a dejarla pasar, porque sabes que te pasa por encima y luego se va". Al principio se piensa, que no se va a ir nunca… tienes miedo a ahogarte.

Muy pronto las víctimas fueron acogidas por otros grupos de Haltern de gente que también habían perdido seres queridos. Pia habló de la muerte de su hermano y Karla, de Bottrop, preguntó: "¿sabéis cuando abres la puerta de casa y te viene toda la tristeza del mundo?". Cuando los chicos asintieron, continuó: "eso se pasa". Son testigos del coraje, dice Matilde Schroeter-Rupieper, que tras su pérdida se vuelven más fuertes de tanto que se han esforzado en superarlo.

Muchos niños y jóvenes sufren recaídas inconscientemente porque los padres, que toman conciencia más rápidamente de la transcendencia de la pérdida, están tristes. En los grupos de duelo hay hermanos y amigos. Aprenden a reconstruir su seguridad: a quién se puede acudir, a quién puedes llamar o mandar un mensaje por la noche, qué te puede ayudar. También reflexionan sobre qué rayos de esperanza ha habido tras la pérdida: dónde pude reír o acudir a una divertida fiesta, de qué cosas me he alegrado… Una madre dijo que a su hijo de 11 años le estaba haciendo tanto bien que no quería perderse ninguna reunión: "ahí le ven, le escuchan".

Germanwings-Absturz Trauerbegleitung Lavia - Haltern
La visita de Benedikt Höwedes al Instituto Lavia fue de gran ayuda para los chicos.Imagen: Lavia

Un hito fue el viaje juntos para ver un partido de la Bundesliga del Schalke 04 y la visita del jugador de la selección Benedikt Höwedes al grupo. Él es de Haltern y habló con los chicos sobre su tristeza: "entonces tengo que llorar y es importante que mi mujer esté ahí". Un testimonio personal así es un modelo importante para los jóvenes, dice la especialista.

En la graduación del 2017 en Josph-König faltan 18 personas

No sólo el aniversario es una cita complicada este 2017. Este año se hubieran graduado los 16 estudiantes de Haltern. Faltan ellos, así como las dos profesoras. Helen, por ejemplo, echa de menos a sus mejores amiga Julia y Caya. También iban juntas al equipo de natación. Ella no puede siquiera imaginarse, así como muchos de sus compañeros, celebrarlo, ahora que sus amigas ya no están. Otros de su curso repiten: "Siempre estarán con nosotros".

Germanwings Absturz - Absturzstelle
Cada nuevo hallazgo en el lugar del siniestro lleva inevitablemente a los familiares a recordar su pérdida.Imagen: picture alliance/AP Photo/L. Cipriani

La graduación también será para los padres de los fallecidos una etapa difícil, dice la especialista. Mientras unos cuentan: "nuestra hija va a estudiar Psicología". Otra madre piensa par sus adentros: "eso quería también la mía, pero ya ni siquiera va a poder estar en su graduación". Es importante darse cuenta, explica Matilde, que una pérdida siempre significa también un cambio en la propia vida: "el plan A ya no es el que cuenta".

Dar un lugar a la pérdida: saludos desde el otro lado

Puede ayudar admitir los sentimientos, aceptar la pérdida y darle un sitio, un lugar donde poder decir: estoy triste, ya no te voy a poder despertar nunca más, no te podré llevar al colegio… para mí ahora estás en el cielo. Y en el cementerio. Recaídas, nuevas olas de dolor, son siempre posibles, como cuando un nuevo hallazgo desde el lugar del accidente nos envíe algo de las cosas del niño, de su equipaje. "Me di cuenta de nuevo que mi hijo me fue arrancado al ver que los otros van a empezar sus estudios… y el mío no".

Muchos padres, en cambio, se alegraron con tales "sorpresas". Los recuerdos no cuestan nada: el hermano de Lea encontró en su viejo celular una canción. Ella canta y se acompaña al piano. Un productor de música ha revisado la pieza y le suena muy limpia y cálida. Para la madre de Lea es "como un saludo desde el otro lado". Ella ha puesto toda su energía en la remodelación de un antiguo cine en Haltern que será el Teatro Lea Drüppel. Cien mil euros provienen de los fondos que Lufthansa destinó tras el accidente de Germanwings. En otoño será el primer musical en memoria de Lea, a la que le encantaba la música y le gustaba subirse al escenario.