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Doha: sin pena ni gloria

Pablo Kummetz 22 de junio de 2007

Lamentos, pero también satisfacción se han registrado por el virtual fracaso de la Ronda de Doha, luego que la UE, EE. UU., India y Brasil no se pusieran de acuerdo en Potsdam.

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Terminal de contenedores en el puerto de Hamburgo.Imagen: AP

Las conversaciones, llevadas a cabo esta semana en Potsdam, Alemania, estaban consideradas la última posibilidad para salvar la Ronda de Doha de la Organización Mundial del Comercio (OMC).

El ministro de Economía alemán, Michael Glos (socialcristiano) lamentó que no produjera un acercamiento: “En Potsdam quedó demostrado que las posiciones de los principales países negociadores se hallan aún demasiado alejadas entre sí. Pero este traspié no significa necesariamente el fin de la Ronda de Doha”, agregó optimista.

Organizaciones no gubernamentales han criticado desde un principio duramente la Ronda de Doha y exigen el cese de las negociaciones, porque “los intereses de los países en desarrollo no son tenidos en cuenta en forma suficiente”.

La Campaña de Justicia Comercial “Gerechtigkeit Jetzt!” (“¡Justicia ahora!”) saludó el fracaso de las conversaciones de Potsdam y pronosticó un fin sin pena ni gloria de la Ronda de Doha. “¡Justicia Ahora!” es una unión de 42 organizaciones alemanas no gubernamentales de las áreas del desarrollo, las Iglesias, el medio ambiente, los derechos humanos y los sindicatos, fundada en 2003.

En esta ronda, que comenzó en el 2001 y lleva el nombre de la capital de Katar, negocian 150 miembros de la OMC con el objetivo de reducir las barreras comerciales, pero hasta ahora sin resultados. Originalmente, la reunión de Potsdam, que había comenzado el martes, estaba planeada para continuar hasta el sábado e incluso el domingo. Pero todo se desarrolló mucho más rápido de lo previsto.

La última reunión del G 4

“La Ronda de Doha ya pasó a la historia. Ello es un gran éxito para los movimientos sociales, las ONG críticas y los sindicatos, en particular del Sur. (...) Una mayor liberalización ya no será posible”, dijo Alexis Passadakis, experto comercial de la campaña. Y agregó que “es necesario un cambio de rumbo de toda la política comercial del Gobierno alemán y de la UE. Los derechos sociales y la protección ambiental deben tener más importancia que las reglas de los ricos a favor de las empresas transnacionales, tal como se fijan en los actuales tratados comerciales”.

Los EE. UU. resaltaron que aún no se dan por vencidos. Pero Peter Mandelson, el comisario de Comercio de la UE, dijo ya que no habrá ninguna otra reunión del G 4. Desde el punto de vista de Mandelson, los europeos estuvieron dispuestos a realizar vastas concesiones en el sector agropecuario. “Pero si los países emergentes no nos salen al encuentro, ello no es posible”, agregó: “porque no podemos realizar un acuerdo con nosotros mismos”.

Susan Schwab, la encargada de Comercio de los EE. UU., se mostró “sorprendida por la rigidez de las posiciones de la India y Brasil. También Mariann Fischer Boel, la comisaria de Asuntos Agropecuarios de la UE, reaccionó desilusionada: “Es un mal día para al multilateralismo. Europa estuvo dispuesta a reducir las subvenciones en más de la mitad en promedio”.

De forma completamente diferente lo ve Celso Amorim, el ministro de RR. EE. de Brasil, quien dijo que “una continuación de las conversaciones no hubiera tenido sentido, porque la UE y los EE. UU. no se movieron lo suficiente”.

Quítame de allí esas subvenciones

Los países en desarrollo dicen que sus productos no tienen oportunidad alguna en los mercados internacionales contra las exportaciones altamente subvencionadas de los países ricos. Tampoco la UE y los EE. UU. han podido ponerse de acuerdo hasta ahora en una reducción de las subvenciones y los aranceles de importación para productos agropecuarios.

Los países industrializados quieren que en los países emergentes y en desarrollo sean reducidos los aranceles para las importaciones de productos industriales y los mercados se abran a servicios del exterior, por ejemplo bancos y aseguradoras.

Si fracasa la Ronda multilateral de Doha, las cuestiones comerciales deberán se reguladas en acuerdos bilaterales y regionales de los respectivos socios comerciales.