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Davos: Europa bajo presión

27 de enero de 2006

"Gastar menos y reducir el proteccionismo agrario". Europa siente la presión en el Foro Económico Mundial de Davos.

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Davos: un foro informal para los grandes temas del mundo.Imagen: AP

Las naciones europeas no pueden ignorar los fundamentos de una economía robusta hacia dentro de sus fronteras, ni el impulso de la coyuntura económica internacional. Para ello, sus Estados miembros deben ser más disciplinados en el gasto público, a fin de evitar presiones inflacionistas sobre la moneda única, el euro.

Las autoridades monetarias y económicas de la Unión Europea (UE) exigen más disciplina entre sus miembros, mientras que desde afuera la propia UE siente la presión de abrir sus fronteras para que el comercio internacional se acelere.

Cuidar al euro

El comisario de Asuntos Monetarios de la UE, Joaquín Almunia, y el gobernador del Banco Central Europeo (BCE), Jean Claude Trichet, coincidieron en el Foro de Davos en la necesidad de reducir el gasto público y emprender reformas laborales en la UE. "El nivel de gasto público es demasiado alto", señaló Trichet. "Necesitamos menos gasto público, nada más", expresó Almunia.

Almunia insistió en la necesidad de que los socios de la UE se impliquen en las reformas económicas. "La puesta en marcha de (la reforma de) servicios es un asunto clave para las reformas económicas", explicó. El funcionario español consideró que la reforma de los servicios deberá acometerse tras las elecciones en 2007 en Francia, uno de los países con mayor oposición a la directiva.

El presidente del BCE advirtió que si Europa "no se embarca claramente en una política fiscal saneada, se pagará un alto precio en términos de pérdida de confianza de los agentes económicos, incluidos los empresarios".

El agro: un círculo vicioso

En materia comercial, Davos se considera el primer examen para avanzar hacia un acuerdo comercial mundial tras los pocos avances registrados en la cumbre de la Organización Mundial del Comercio (OMC) , celebrada en diciembre en Hong Kong.

Una vez más, las diferencias a nivel agrícola fueron tan grandes que se fijó un nuevo plazo para abril de este año. Para entonces, ya habrán pasado cuatro años y medio desde que la llamada "Ronda del Desarrollo" fue lanzada con el objetivo de ayudar a los países en desarrollo y de impulsar la economía global.

El director general de la OMT, Pascal Lamy, insiste en ver que el vaso está más lleno que vacío. Hong Kong habría avanzado hacia un acuerdo sobre "el 60%, avanzamos un paso". Sin embargo, las verdaderas dificultades están en el restante 40%: reducir las trabas comerciales al comercio agrario, especialmente las impuestas por la UE. Bruselas exige a cambio movimiento en el comercio con bienes industriales y servicios, cuya liberalización es bloqueada por los países en desarrollo al considerar que las concesiones en materia agraria son insuficientes.

Posturas enfrentadas

En los encuentros mantenidos hasta ahora los representantes de EE.UU., la UE y Brasil no mostraron signos de que las diferencias pudieran salvarse. Según el delegado comercial europeo, Peter Mandelson, EE.UU. y Brasil están "enterrando la ronda" de negociaciones. Mandelson critica la insistencia de estos dos grandes exportadores agrícolas en que Europa mejore su oferta en lo que respecta al agro.

El representante comercial estadounidense Rob Portman destacó que los requerimientos de la ronda de Doha exigen hallar "una fórmula global para los recortes arancelarios, que cree un nuevo acceso al mercado", dijo.

Los límites de Davos

Con este telón de fondo para muchos queda claro que tampoco en Davos se podrán superar las diferencias, ni siquiera lograr un movimiento de convergencia entre los extremos. Al mismo tiempo, cabe destacar que este encuentro en los Alpes suizos es siempre de carácter informal y que sería equivocado esperar acuerdos concretos.

Esta dosis de realismo queda manifiesta en la sobriedad del canciller brasileño Celso Amorim, quien llegó a Davos sin la esperanza de realizar ningún nuevo avance. "No vine aquí con nuevas ideas", declaró. "No espero que se produzca un avance significativo. Esto es sólo para acordar procedimientos", agregó.

Por lo tanto habrá que esperar a la reacción de las partes negociadoras una vez que haya finalizado el encuentro. Tal parece que Europa tiene que mover las fichas, tanto para garantizar que su economía interna no pierda estabilidad, como para dar un impulso que el comercio internacional y el desarrollo económico están necesitando y esperando.