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Danielle de Picciotto: su gran amor es Berlín

Stuart Braun (ER)25 de noviembre de 2013

Aunque Danielle de Picciotto abandonó la capital alemana hace tres años, la cofundadora de la Love Parade dejó aquí una maleta. Y es que la artista no sabe si volverá a descubrir una ciudad tan inspiradora como Berlín.

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Imagen: picture-alliance/Eibner-Presse

Cuando Danielle de Picciotto visitó Berlín por primera vez en 1987, la estadounidense de 22 años sintió que –por fin– había llegado a casa. Tan pronto llegó conoció a un puñado de artistas plásticos, músicos y empresarios que compartían su visión del mundo y con los que sigue colaborando hasta el sol de hoy. Con Dr. Motte, pionero de la escena techno, cofundó la Love Parade, a Dimitri Hegemann lo ayudó a crear el club techno Tresor, con Gudrun Gut abrió la discoteca Ocean Club y con su esposo, Alexander Hacke, de la banda Einstürzende Neubauten, concibe proyectos musicales diversos.

De Picciotto describe su vida como miembro de la élite creativa de Berlín en su biografía La belleza de la transgresión, que terminó de redactar en 2010, cuando ella y su pareja decidieron abandonar la capital alemana. En la novela gráfica Ahora somos gitanos: el camino hacia lo desconocido, publicada en marzo de 2013, de Picciotto ilustra el viaje emprendido por el matrimonio en búsqueda de una ciudad que los inspire como alguna vez lo hizo Berlín.

Urbes con demasiados peros…

Danielle de Picciotto y su esposo, Alexander Hacke, de la banda Einstürzende Neubauten.
Danielle de Picciotto y su esposo, Alexander Hacke, de la banda Einstürzende Neubauten.Imagen: Tina Winkhaus

¿A qué se debió su decisión de dejar la urbe más grande del territorio germano? “En 1995 empecé a sentirme inquieta porque todo empezó a volverse un poco ‘normal’. No se puede decir que Berlín fuera una ciudad ‘a la moda’ a finales de los ochenta, sino más bien un punto de encuentro para outsiders, para ‘locos’. Hoy Berlín tiene poco de contracultural. Que yo sepa, la única ciudad que hoy se parece a lo que Berlín alguna vez fue es Detroit”, comenta de Picciotto.

“Pero Detroit es increíblemente peligrosa; en ese aspecto es diez veces peor que Nueva York en los ochenta”, acota la artista. “Ya no nos sentimos felices en Berlín, pero hemos estado viajando tres años y no hemos conseguido nada mejor. Nueva York es interesante, pero es increíblemente costosa”, sigue de Picciotto, admitiendo, no obstante, que Hacke y ella dejaron una maleta en Berlín. Despedirse de la capital alemana no les ha sido fácil.

Una atmósfera amistosa

Con Dr. Motte, pionero de la escena techno, de Picciotto cofundó la Love Parade.
Con Dr. Motte, pionero de la escena techno, de Picciotto cofundó la Love Parade.Imagen: picture-alliance/dpa

“Yo fui a Berlín por primera vez para visitar a una amiga que tenía un apartamento en Kreuzberg; un piso inmenso que compartía con Roland Wolf, tecladista de Nick Cave & the Bad Seeds, entre otras personas. Yo había odiado todos y cada uno de los sitios en los que había vivido hasta 1987. En Berlín dejé de sentirme como un extraterrestre”, recuerda de Picciotto. A algunos les extrañará esa afirmación, considerando que, en los ochenta, Nueva York era caldo de cultivo para diferentes movidas underground.

De Picciotto no niega que ese haya sido el caso, pero añade: “en Nueva York uno vivía esperando a que algo horrible ocurriera porque la ciudad era peligrosa y demasiado competitiva. La gente peleaba por un puesto de trabajo. Mientras que en Berlín podías sobrevivir trabajando en un café y en la ciudad prevalecía una atmósfera amistosa que propiciaba la curiosidad”, cuenta la artista.