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"Castillos en el aire frente a la Puerta de Brandeburgo"

20 de junio de 2013

Estos son algunos de los editoriales más importantes de la prensa alemana acerca de la visita del presidente estadounidense, Barack Obama, a Alemania.

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Imagen: Reuters

Handelsblatt: “Un lugar histórico y unas expectativas muy altas podrían haber inducido a Obama a construir castillos en el aire durante su discurso en Berlín. Por eso, es necesario observar atentamente el desarrollo de la iniciativa de desarme nuclear, ya que esa también es una de las varas con que se medirá su obra luego de finalizado su período como presidente de EE. UU. Es de esperar que durante su reunión con la canciller alemana, Obama haya comprendido que el escándalo de las escuchas telefónicas y el espionaje de datos en Internet, así como el uso de drones no son, al menos para los ciudadanos alemanes, asuntos menores.”

Die Welt: “Estados Unidos se nos ha vuelto extraño, y poco ayuda invocar al gran espíritu de unión de la Guerra Fría. Por el otro lado, también Europa se ha vuelto extraña a los estadounidenses. Las relaciones germano-estadounidenses pueden llegar, sin embargo, a un estadio adulto. Alemania y Europa no deberían, en vista del giro de EE. UU hacia los países asiáticos, tratar de convertir a la Unión Europea a todo vapor en un gran Estado. La pequeña Europa tiene, desde luego, la oportunidad de transformarse en una fuerza autónoma en la alianza con Estados Unidos, de lazos ligeros, pero indispensables.”

Süddeutsche Zeitung: “Los europeos anhelan que Estados Unidos los respete y los tome en serio, pero se ponen nerviosos si EE. UU. actúa como si su rol no solo consistiera en combatir el cambio climático, sino también a los islamistas radicales en África. A esas voces críticas, Obama podría contraponer este mensaje: El Muro cayó, pero la Historia aún no ha terminado. El mundo sigue siendo un lugar peligroso”.

Neue Osnabrückerzeitung: “Esta visita no ofreció sorpresas, pero dejó en claro la complejidad de numerosos temas para los que no se puede hallar una solución a nivel nacional. Ya sea con respecto al espionaje de datos en Internet o los drones, a la coyuntura económica o al conflicto sirio: quien crea que EE. UU. y Europa podrían llegar a tomar decisiones individuales en algunas de esas áreas está equivocado. Tanto más importante, entonces, es que los lazos de amistad entre ambos bloques de poder no sigan dañándose. Es por eso que la visita de Barack Obama a Berlín era más que necesaria. Sus efectos en el clima social, sin embargo, podrían superar a los efectos políticos reales, ya que, a pesar de la cordialidad que destiló en muchos aspectos, en su totalidad, ambas partes formularon posiciones bien diferentes. Si bien tanto EE. UU. como Alemania, subrayaron su voluntad de cooperación, no llegaron a un consenso en ningún tema concreto. El discurso de Obama frente a la Puerta de Brandeburgo también fue, sobre todo, apariencia. (…) El presidente Obama es un pragmático, no un visionario (…).”

Frankfurter Allgemeine Zeitung:”Barack Obama se dirigió a los alemanes como presidente de los EE. UU. en Berlín, frente a la Puerta de Brandeburgo, desde el mismo lugar que, en días oscuros, formó parte del sector bloqueado de una Berlín dividida. Obama pronunció un discurso en el que se refirió a muchos temas, pero que estuvo imbuido del afán por lograr la libertad y la felicidad. ¿Cómo podría haber sido de otro modo, en un lugar que fue testigo de un inquebrantable empeño por alcanzar la libertad y del triunfo de la unión transatlántica? En el corazón de Europa, Obama invitó a los alemanes, y, naturalmente, también a otros europeos, a trabajar en una nueva agenda global que comprende la paz en justicia, el desarme nuclear, así como la lucha contra el cambio climático y la pobreza. Fue un llamado a no estancarse en la autosuficiencia y la indiferencia, sino a enfrentar activamente los desafíos globales”.

CP / CHP