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Brasil a octavos pero aún sin "jogo bonito"

José Ospina Valencia18 de junio de 2006

Un gol de Adriano y otro de Fred dieron a Brasil una victoria por 2-0 sobre Australia y la clasificación anticipada para los octavos de final, pero no despejó las dudas de la selección "súper favorita".

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Seguidores de Brasil en partido contra Australia.Imagen: AP


El gol de Adriano, a los 49 minutos, devolvió el alivio de un equipo que hasta entonces se mostraba impotente para abrir el cerrojo de los oceánicos. La jugada juntó por una sola vez a tres de los titulares del 'cuadrado mágico'.

Un gol al minuto de entrar

El ingreso de Robinho, a los 72 minutos, fue fundamental para salvar la presentación brasileña, pues sin Ronaldo en la cancha, el joven de 22 años imprimió movilidad, picardía, puso a jugar a Adriano, gestó tres jugadas importantes de gol, la última de ellas, con un remate suyo que devolvió el larguero y capturó Fred.

El primer gol y la entrada de Robinho a los 72 minutos inyectaron un nuevo brío a los brasileños y dejaron una vez más claro que Ronaldo tiene su puesto en el banco.

Australia convence pero no vence

A pesar del resultado, Australia ofreció un planteamiento redondo, de aplicación a la marca, rapidez en la salida y celoso control del balón.

Los pupilos del entrenador holandés Guus Hiddink pusieron contra las cuerdas a los brasileños pero pecaron por falta de puntería a la hora del remate. En el primer tiempo Brasil se mostró como un equipo burocrático, lento, pesado y sin alma, como hace mucho tiempo no se veía.

Adriano y el gol de la tranquilidad

Sin la publicidad que ha acompañado al estado de forma de Ronaldo, Adriano también vivía en crisis. No ha tenido una buena temporada, porque con el Inter llegó a estar 843 minutos sin marcar, y en la selección brasileña era cuestionado como integrante del imperfecto 'cuadrado mágico'.

Sin embargo, el 'Emperador' recuperó la eficacia en el minuto 49 del partido contra Australia, con un disparo raso desde fuera del área al que no llegó el guardameta Mark Schwarzer.

Se sacó la angustia, 'acunó' imaginariamente al bebé que tuvo su novia Danielle, el pasado viernes en Río de Janeiro, y disfrutó de su participación en su primera Copa del Mundo, tal y como imaginó cuando era un niño en la favela de Vila Cruzeiro.