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Cine

"El Pacto de Adriana" provoca reflexión en la Berlinale

Eva Usi
15 de febrero de 2017

La cineasta chilena Lissette Orozco estrenó en la Berlinale su ópera prima, que reclama la verdad para las víctimas de la dictadura, y lo hace con una mirada personal sobre la historia de su tía.

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Deutschland Regisseurin Lissette Orozco in Berlin
Imagen: DW/E. Usi

Adriana Rivas llegó a los 19 años al círculo más allegado al dictador. Fue secretaria personal de Manuel Contreras, el temido jefe de la Dirección de Inteligencia Nacional, la DINA. Se la ve sonriente del brazo del militar que se convirtió en la figura emblemática de los crímenes de la dictadura chilena.

Rivas reconoce en el documental que fueron los mejores años de su vida, en los que pudo codearse con dignatarios, asisistir a coctéles y viajar en limousinas, lugares a los que no tenía acceso una chica de clase media.

La cineasta Lissette Orozco relata que su tía era el centro de atención de la familia cada vez que llegaba de visita a Santiago. Emigró a Australia en 1978 y en una de esas visitas, en 2006, fue detenida en el aeropuerto. Fue acusada junto con 73 personas más en el  "Caso Conferencia", como se llamó a un operativo de la DINA contra líderes del Partido Comunista en la clandestinidad. 

Adriana Rivas en el círculo más allegado al dictador chileno
Adriana Rivas en el círculo más allegado al dictador chilenoImagen: Berlinale 2017

Torturadores impunes

"En la película queda claro que hay muchos hombres y mujeres como mi tía, que están en la calle. Puedes ir a comprar al negocio en la esquina de tu casa y encontrarte con el torturador de un familiar tuyo. Eso provoca en Chile mucha rabia por la impunidad, porque no hay justicia, ni verdad", afirma Lissette Orozco en conversación con DW.

En el cuartel Simón Bolívar, de donde nadie salió vivo, fueron torturados y asesinados Víctor Díaz y el profesor universitario Fernando Ortiz, ambos miembros del Partido Comunista. Algunos testigos en la cinta aseguran que Rivas era particularmente feroz al torturar a los detenidos.

Rivas le cuenta a su sobrina que recibió entrenamiento de inteligencia y contrainteligencia, y dice: "No hay necesidad de mentir. Tienes que ser actor". Pero niega haber participado en las torturas, dice que jamás vio a un detenido y se presenta como una víctima de una injusticia, la confunden con otra, la acusan de algo que no cometió. Pero al mismo tiempo justifica la tortura, dice que era necesaria para quebrar a los comunistas. Rivas logró huir de Chile y regresó a Australia.

Lissette Orozco no buscó limpiar la imagen de su tía, sino investigar la verdad.
Lissette Orozco no buscó limpiar la imagen de su tía, sino investigar la verdad.Imagen: Berlinale 2017

Lo que hicieron fue tan terrible que es inconfesable

"Uno acaba por entender lo que pasa en la cabeza de ellos", dice Lissette Orozco, y recuerda la cita de un periodista en el documental: "Es tan terrible lo que hicieron que es inconfesable". La cineasta asegura que en la DINA los prepararon para callar y hacer como si nada hubiera pasado. "De otra manera no se puede vivir con esa culpa y los que no lo logran se suicidan. En Chile hay muchos suicidios. Yo sentía culpa, me preocupaba mi tía, pero luego pensé, no se sucidará por una película".

Aunque la justicia chilena pidió la extradición de Adriana Rivas, Australia la denegó. "Mi tía lleva más años viviendo en Australia que en Chile, es una ciudadana intachable y recibió protección. Ella no puede volver y no podrá ver a su mamá y en las calles en Australia hay protestas en su contra, pero es el camino que ella eligió".

La realizadora ha despertado un gran interés en la Berlinale con su documental, que espera que rompa el pacto de silencio en muchas familias en Chile. "Muchos tienen familiares que van a firmar todos los meses porque fueron militares en esa época y sus parientes no saben por qué. Yo creo que va a ser como una bomba en cada una de esas familias porque lo estoy contando todo. Quiero que esos secretos dejen de existir; es la única forma de hacer conciencia y lograr un cambio en la sociedad", dice la realizadora.

Orozco sostiene que en todos los países en donde hay impunidad pasa lo mismo. "Más que perdón, lo que los familiares de desaparecidos quieren es verdad. El pacto de silencio es muy cruel para la sociedad".