A mediados del siglo XIX llegaron a Berchtesgaden los primeros turistas. Las atracciones que ellos admiraron siguen siendo prácticamente las mismas. El Watzmann, de 2713 metros, tal vez la cumbre más bella de Alemania, junto con el lago Königsee, rodeado de peñas escarpadas, forma un telón de fondo espectacular. Ambos, la montaña y el lago, son parte del parque nacional de Berchtesgaden. A pesar de su situación idílica, o precisamente por eso, la historia de Berchtesgaden también incluye un capítulo terrible: Adolf Hitler, quien en los años 1920 ya había descubierto los encantos de Berchtesgaden, convirtió el vecino pueblo de montaña, Obersalzberg, en su núcleo de poder más importante después de Berlín. Hoy, hay un centro de documentación dedicado a esta parte de la Historia.
Publicidad
Publicidad