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¿Economía o ecología de la basura?

22 de abril de 2012

La administración de los desechos en Alemania y otros cinco países de la UE ha sido elogiada por Bruselas, que ve en ella un ejemplo a seguir para alcanzar un uso eficiente de los recursos. Los ecologistas disienten.

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Imagen: picture-alliance/dpa

Se puede sacar provecho económico a la basura. De eso están convencidos los miembros de la Comisión Europea. En un informe publicado por esta instancia el pasado 16 de abril, los expertos de Bruselas ponen como ejemplo la manera en que seis socios del bloque comunitario administran sus desechos. A sus ojos, esas prácticas son ejemplos a seguir si se quiere hacer un uso más eficiente de los recursos disponibles. Uno de los países elogiados por la comisaria europea del ambiente, Janez Potočnik, fue Alemania.

“Con menos vertederos y más reciclaje, [Alemania y otras cinco naciones] aprovechan el valor de los desechos, dinamizan sus industrias y crean empleo, todo al mismo tiempo”, dijo Potočnik, apoyándose en cifras de la oficina de estadísticas comunitaria, Eurostat, según las cuales Alemania recicló casi la mitad de todos los desechos recogidos a escala comunal en 2010; casi el doble del promedio europeo. De la basura tratada en Alemania, el 45 por ciento es reciclada, el 38 por ciento se quema y el 17 por ciento se transforma en abono.

En Bulgaria, todos los desechos terminan en un vertedero de basura y el promedio europeo es del 38 por ciento, mientras que en Alemania no se hace uso de los basurales. De ahí que los beneficios del reciclaje sean tan evidentes en la sociedad alemana , según el reporte de la Comisión Europea y los cálculos de Eurostat: aproximadamente 250.000 personas laboran en el ámbito del procesamiento de basura en Alemania y las ganancias anuales que esa actividad genera rondan los 50.000 millones de euros.

10 Jahre Dosenpfand
En Alemania, el hábito de comprar empaques ecológicos o retornables tiende a descender, dice Baitinger.Imagen: picture-alliance/dpa

Ecologistas refutan los elogios a Alemania

No obstante, muchos ambientalistas disienten de la Comisión Europea; ellos ven la economía de la basura en Alemania desde otra perspectiva. Para Claudia Baitinger, del grupo ecologista BUND, por ejemplo, el hecho de que en Alemania se queme tanta basura no es algo positivo. “La jerarquía en la administración de los desechos está de cabeza. Todas las leyes y los llamados proponen el siguiente orden cronológico: evitar producir desechos, reutilizar los residuos, reciclar la basura y, al final, eliminar los desechos”, explica la activista.

“Pero, en la práctica, se hace todo lo contrario”, lamenta Baitinger. A su juicio, el proceso de quemar la basura sólo genera “beneficios térmicos” hasta cierto punto y el argumento de que en Alemania no se deposita basura en los vertederos es una verdad a medias. Dos toneladas de material que ha sido quemado producen una tonelada de desechos difícil de procesar que, al final, deben ser almacenados en vertederos de basura especiales, comenta Baitinger.

Las estadísticas oficiales muestran que el consumo de botellas no retornables hechas de material sintético no se ha visto quebrantado, mientras que el hábito de comprar empaques ecológicos o retornables tiende a descender, sostiene Baitinger, enfatizando que estos datos no se corresponden con las prácticas idealizadas que la Comisión Europea aplaude. La vocera del grupo ambientalista BUND agrega que, aunque el ranking de los países que reciclan su basura es correcto, también es injusto.

Baitinger dice que países como Bulgaria y Rumania son sencillamente demasiado pobres como para invertir mayores recursos en la protección del ambiente y el procesamiento sistemático de los desechos. La activista critica también el hecho de que la Comisión Europea se enfoque en los desechos comunales: “El problema está en otro lado. La basura generada a escala comunal es pequeña hasta el punto de la insignificancia en comparación con los desechos industriales”, señala Baitinger, acotando que la prueba de ello está a la vista en los informes del Ministerio alemán del Ambiente y la Oficina Federal de Estadísticas.

Autores: Gunter Birkenstock / Evan Romero-Castillo
Editora: Emilia Rojas Sasse