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Alemania discute sobre el incesto

DW WORLD/elm27 de febrero de 2007

Una pareja de medios hermanos cohabita desde hace años en Alemania, y ha procreado ya cuatro hijos. Pese a que han sido penados por la justicia, reclaman derechos legales para seguir su relación.

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Incesto: un tema complejo.Imagen: AP

El proceso pone a prueba toda capacidad de discusión analítica sobre el papel que la moral y el derecho deben jugar tanto en la vida pública como en el ámbito privado. El caso, en sí mismo, parece de telenovela.

Amarga novela real

Patrick S. fue criado por una familia adoptiva. Al cumplir los 18 años ejerció su derecho de conocer a su familia natural, para lo cual contó con la asistencia de una autoridad local: la Oficina de Protección para Menores. Así fue como S. conoció a su media hermana, Susan K.

Medio año más tarde, la madre de ambos, viuda ya, falleció. Es entonces cuando los lazos entre los medios hermanos se intensifican hasta convertirse en una relación amorosa.

A raíz de las relaciones incestuosas, Patrick S. se enfrentó al primer proceso penal en su contra en el año de 2001. Fue condenado a un año de libertad condicional por el delito de "mantener relaciones sexuales con parientes directos", que dentro del Código Penal alemán se castiga con un máximo de dos años de cárcel. Ella, por su parte, no fue procesada. Era menor de edad.

En 2005, S. recibió una nueva condena, esta vez a dos años y medio de prisión por reincidir. Pero la pareja, pese a todo, sigue junta: tiene ya cuatro hijos, dos de los cuales presentan algún tipo de trastorno.

Discusión bizantina

La discusión en Alemania sobre este caso se encuentra dividida entre quienes ven en él sólo un asunto moral, o quienes lo contemplan bajo consideraciones jurídicas y sociales. Se cuestiona, de un lado, el fundamento de la penalización; es decir, que "los niños que son frutos de relaciones sexuales entre parientes cercanos tienen mayores probabilidades de nacer con trastornos físicos o mentales."

Así, hay quienes argumentan que "la moral pública no debe regirse a través de procesos penales". Otros, en cambio, dicen que la legalización de las relaciones incestuosas abriría una caja de Pandora. Otros más dudan que quienes atentan contra las costumbres morales de una sociedad deban cumplir por ello una pena necesariamente en la cárcel porque "no necesariamente son criminales".

Algunos aficionados a la historiografía se ponen exquisitos, y señalan que "en Francia se levantó hace 200 añosa la prohibición del incesto, y no esto no ha causado una catástrofe social".

La discusión ha llegado a extremos más sorprendentes. Por ejemplo, hay quien dice que "también para las mujeres mayores de 40 años es mayor el peligro de tener hijos con algún tipo de problema, y no por ello debe mandárseles a la cárcel".

Los involucrados se defienden

Entre tanto, la pareja ha decidido luchar con todo para conservar su relación. Asistida por un equipo de abogados, pretende que la práctica del incesto sea eliminada del Código Penal alemán. Inclusive se considera la posibilidad de interponer una demanda de inconstitucionalidad ante el Tribunal Superior de Karlsruhe, por considerar que la norma atenta contra las libertades individuales.

El caso, a su modo, ha sacudido algunas conciencias en Alemania. Pero nadie se atreve, por lo menos en público, a pronunciarse claramente más allá de las consideraciones teóricas de este asunto tan real. La pareja se resguarda en sus abogados, los políticos en sus frases rebuscadas, y la opinión pública en su estupefacción. Queda, más allá de todo, una pregunta sencilla a la cual nadie parece tener voluntad de enfrentar: ¿qué sucederá con los niños?