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El furor comenzó probablemente después de que el cómico Hape Kerkeling relatara sus experiencias en el Camino de Santiago. Hoy da la impresión que los alemanes no se quiten sus botas de excursión. Quienes buscan elevar aún más la actividad deportiva recurren a dos bastones y practican la caminata nórdica. Y la alta demanda de dispositivos de navegación muestra que cada vez hay más excursionistas que se desvían de los caminos tradicionales. Ahora incluso se ha publicado un libro que contiene rutas de excursionismo para enamorados.