Alemanes supersticiosos
3 de mayo de 2005
En los tiempos de la ciencia, el miedo y las creencias en los poderes ocultos siguen estando presentes cada día en Alemania. Así lo demostró un estudio realizado por el Instituto Demoscópico de Allensbach. La creencia irracional en símbolos de la buena o la mala suerte permanece entre la población e incluso ha aumentado notablemente.
Talismanes y miedos del más allá
La estadística demuestra que el 42% de los alemanes sigue creyendo en el trébol de cuatro hojas, al 36% le gustaría encontrarse de vez en cuando con un deshollinador y el 40% cree en la suerte asociada a una estrella fugaz. Y es que estas tendencias tienen su lógica. Encontrar un trébol de cuatro hojas no es tarea fácil y el que lo encuentre, ¡qué suerte! ha encontrado uno entre millones.
También lógica es la creencia en la suerte que trae el deshollinador. En la antigüedad podría compararse con la fortuna que llama a la puerta en un día de invierno. Alguien tenía que poner a funcionar la chimenea. ¿Cómo no creer así en la fuerza que traía el deshollinador en los gélidos días del invierno alemán?
Los malos augurios como los asociados al número trece son mucho más temidos. Más de la cuarta parte de la población no descarta el sentido de la magia de los números. No es broma con tantas coincidencias sobre esta cifra. Según algunos, en la Última Cena había 13 comensales, la cábala daba cuenta de 13 espíritus del mal, la venida del Anticristo y la Bestia se recogen en el capítulo XIII del Apocalipsis, y en el tarot este dígito hace referencia a la muerte.
Por otra parte, el 25% de los alemanes evitaría si pudiese que un gato negro se le cruzase por la calle. El gato ya era considerado en Egipto como un animal de poder. Además, en la oscura edad media, se asociaba al gato negro con las brujas, lo que seguramente dio origen a la actual superstición.
Aumenta la tendencia
El instituto realiza estos estudios sobre las supersticiones desde 1973. De las conclusiones se deduce que estas creencias afectan mucho más a la población que en épocas anteriores. Comparando las cifras manejadas en los años setenta en la antigua Alemania Federal, tan sólo la mitad creía en aquel entonces en la divina relación entre un meteorito que cae por el firmamento, y la buena suerte del que lo ve desde la tierra.
En el caso del trébol tan solo el 26% creían en lo paranormal mientras que actualmente la cifra de adeptos a buscar tréboles llega al 42% y los temerosos del número trece han aumentado del 17 al 28 % en los últimos treinta años. Pese a su fama de racionales, ni siquiera los alemanes escapan a la magia de la vida. Tan sólo el 32% niega la influencia de estos fenómenos sobrenaturales.