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Adiós al carbón: ¿solo una buena noticia?

Mirra Banchón
17 de noviembre de 2016

En Europa se van cerrando las minas carboníferas. En los próximos 20 años podrían cerrarse también centrales a carbón. Esta buena noticia,¿qué significa para ciertas cuencas mineras, para la gente en  países productores?

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Kolumbien Kohleabbau
Imagen: picture alliance/AP Photo

En el marco de la COP22 en Marrakech, Francia ha anunciado que cerrará hasta el 2013 sus centrales térmicas de carbón, la mayor fuente de emisiones de CO2. Reino Unido ha anunciado que lo hará después del 2025. Por su parte Alemania, que cerrará para el 2018 sus propias minas de carbón, planea prescindir de él en unos 20 años. Hasta entonces necesitará importarlo al 100%; el 18% de la energía que necesita depende de él.

También para el 2018, en España se anuncia el cierre de las explotaciones carboníferas, sin planes concretos para el abandono de la energía producida en base al carbón.

Kolumbien - Kohleabbau
Mina El Cerrejón, ColombiaImagen: FIAN/S. Rötters

¿Son buenas noticias para las cuencas mineras? ¿Qué representa para los países productores, para la gente que trabaja en el sector en países exportadores? ¿Son buenas noticias en la lucha contra el cambio climático?

¿Malo para Asturias?

"Actualmente, el 80% del carbón que se utiliza en España es importado. Con gran preocupación los trabajadores del carbón están viendo como el carbón que ellos están extrayendo no se está utilizando; las grandes compañías no lo compran porque les sale más barato traer carbón de fuera”, explica a DW, desde la cumbre del clima, Estefanía Torres, eurodiputada española.

"Lo peor”, agrega, "es que no dejan de utilizar carbón nacional para ir camino hacia una transición hacia las renovables. Dejan de extraerlo para apostar por la importación masiva de un carbón extraído sin garantías ni ambientales ni laborales ni humanitarias”.

Europäisches Parlament Estefanía Torres
Estefanía Torres, eurodiputada españolaImagen: EP

Ese sería el caso, en su opinión, del carbón que proviene de Colombia, uno de los tres mayores exportadores de carbón hacia la UE, junto con Rusia y Estados Unidos. Australia, Sudáfrica e Indonesia siguen en la lista. "Paren la importación de carbón”, promueve la eurodiputada, originaria de Asturias, una región clásicamente minera.

¿La población aledaña?

"Fin a la importación de carbón teñido de sangre”, piden organizaciones de la sociedad civil como la alemana Urgewald. Según un informe de esta organización, iniciativas como "Better coal”, de grandes empresas internacionales, para establecer voluntariamente estándares ambientales y laborales,  serían insuficientes. De un 50%  de desnutrición infantil en la zona de la Guajira habla el informe (respaldado también por la organización FIAN) .

En esa región se encuentra una de las mayores minas de carbón a cielo abierto del mundo. De 60.000 desplazados en tres décadas de actividad de la minera habla la plataforma OIDHACO.  Cabe resaltar que la empresa en cuestión subraya su respeto por la responsabilidad empresarial.

Verdes unos, ¿y los otros?

"A mí me preocupa mucho que los países de Europa se vuelvan verdes porque no sacan carbón, pero que se lo vayan a comprar a países que tenemos menos ventajas”, dice a DW por su parte la teóloga mexicana Cristina Auerbach, quien desde hace diez años trabaja con los obreros de las minas de carbón de Coahuila.

En los 20.000 kilómetros cuadrados de esta región carbonífera, en la última década ha habido 74.000 afectados de pulmón negro. Cabe anotar que la extracción de carbón en México no es masiva: solo el diez por ciento de lo que necesita se extrae en el país.

"No importa que sea el 0.1% de la producción mundial. El carbón representa la muerte para mineros que no tienen condiciones para trabajar. Además, el 20% de la extracción es ilegal y clandestina: se extrae en las noches, artesanalmente, sin salidas de emergencia, sin equipos de seguridad, sin registro en un seguro social, sin saber quién es el dueño de ese centro de trabajo”, cuenta Auerbach. En 2006 comenzó a trabajar en la zona después del derrumbe de la mina Pasta de Conchos, que costó la vida a 65 trabajadores, cuyos cuerpos hasta la fecha no han sido recuperados.

Pero lo necesitamos

Cristina Auerbach, Sprecherin der mexikanischen Ego "Pasta de Conchos"
Cristina Auerbach, portavoz de la organización mexicana "Pasta de Conchos"Imagen: DW/M. Banchón

"No se vale que, aduciendo que todos necesitamos energía, no importe quién la extrae ni cómo se extrae”, dice Auerbach. En su opinión, hasta que en un futuro se logre prescindir de la  extracción del carbón, a nivel internacional habrá que inspeccionar y registrar mejor las extracciones, tanto de empresas locales como transnacionales. 

Por su parte, organizaciones como Urgewald y Fian exigen –aparte de los cronogramas concretos para acabar con las centrales térmicas a carbón- que las empresas europeas asuman la responsabilidad por sus importaciones y que hagan públicos los nombres y los lugares de las minas de donde adquieren su carbón.

Por último Torres, desde la COP22, propone: "Como es irreal pensar que podemos prescindir ya del carbón, podemos usar el carbón nacional, poner una tasa al carbón de importación e ir preparando a las cuencas mineras para la transición hacia las renovables”.