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Entrevista a ministro boliviano de la Presidencia

Mirra Banchón4 de septiembre de 2013

DW habló con Juan Ramón Quintana, ministro de la presidencia de Bolivia, sobre el papel del Estado y las transnacionales, la experiencia de Bolivia con la cooperación internacional y sobre Siria.

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Juan Ramón Quintana, ministro boliviano de la Presidencia, Bruselas, 04.09.2013
Juan Ramón Quintana, ministro boliviano de la Presidencia, Bruselas, 04.09.2013Imagen: Amb.Bolivie

La visita de Juan Ramón Quintana –ministro de la presidencia de Bolivia- coincide con la gira del presidente de Bolivia a España, Italia y Bielorrusia. Justo dos meses después del impedimento de sobrevuelo del avión presidencial boliviano sobre algunos países europeos, el presidente Evo Morales se reunió con su homólgo Mariano Rajoy. El asunto ha quedado zanjado, sin “rencor ni resentimiento”.

Con todo, el ministro Quintana subraya que lo que escucharon en España "fueron explicaciones más técnicas que no eran los suficientemente razonables como para justificar una decisión que violó principios básicos de la convivencia entre Estados, normas internacionales y puso en riesgo la vida del presidente". Quintana agrega que el operativo multinacional no se hizo "por obra y gracia de algún presidente poderoso de la Unión Europea". "Esta decisión salió de Washington y probablemente de alguna agencia de seguridad que sospechaba que el presidente Evo Morales trasladaba a Edward Snowden. Se activó un mecanismo de cooperación que tiene que ver con la arquitectura de seguridad de la OTAN, aparato político militar gobernado por Estados Unidos. Por lo tanto creemos que es el propio gobierno de los Estados Unidos quien tiene que explicar esta aberración”, afirma el ministro Quintana, especialista en seguridad internacional.

El rol regulador del Estado

Invitado por diputados de izquierda del Parlamento Europeo, Quintana participar en Bruselas en el debate sobre el desborde de la autoridad supranacional que han adquirido las empresas transnacionales.

“Tenemos que trabajar en nuevas reglas del juego. En las décadas anteriores, en nombre de la globalización y la atracción de capitales extranjeros en países que no disponen de ellos, se hizo de todo. Y se instaló una tiranía empresarial transnacional que terminó sometiendo los sistemas políticos de los Estados. En Bolivia, las empresas petroleras se hicieron dueñas del país y sus recursos naturales y la sociedad boliviana vivía cada vez más pobre. El 83% del excedente petrolero se transfería a las empresas transnacionales de hidrocarburos. Y el 17% se pagaba en impuestos y regalías. Eso ha sido prácticamente resuelto a través de la nacionalización y hoy día Bolivia recibe en promedio el 83% del excedente petrolero", explica Quintana defendiendo el poder regulador estatal.

Erupción social en Colombia por el libre comercio

Estas medidas, muy criticadas sobre todo desde los sectores empresariales europeos, han ido acompañadas de una negativa de La Paz a cerrar un acuerdo de libe comercio con la UE.

“Creemos que tenemos que aprender de los efectos perversos de los acuerdos de libre comercio que están ocurriendo hoy en América Latina. El volcán hace erupción en la protesta social en Colombia. Esto tiene que ver con los términos desiguales del intercambio comercial en el marco del tratado de libre comercio entre EE.UU. y Colombia que está hundiendo la economía de los pequeños campesinos a través de importaciones masivas de productos que sí se producen en el país. Existe un desincentivo a la producción de los campesinos y un desmantelamiento de sus capacidades productivas. Bolivia no va a reproducir esta experiencia. Ni con Estados Unidos, ni con ningún país de Europa que no pase por acuerdos de complementariedad”, anuncia el ministro boliviano.

Dado que “en este momento el Estado boliviano participa en el 35% de la economía, debe desarrollarse acuerdos comerciales entre privados europeos-Estado boliviano, privados bolivianos-privados europeos o Estado boliviano-Estados europeos; no pueden facilitarse sólo los flujos comerciales entre privados. Además, queremos acuerdos que resuelvan problemas de innovación tecnológica, transferencia tecnológica, investigación científica”, recalca.

Joaquín Ramón Quintana, Minister der Präsidentschaft Boliviens, Brüssel, 04.09.2013, Bild: Amb.Bolivie
Juan Ramón Quintana, ministro boliviano de la Presidencia, Bruselas, 04.09.2013Imagen: Amb.Bolivie

Proyectos de desarrollo

Así, a pocas semanas de la visita a Bolivia de Andris Piebalgs, comisario europeo de Desarrollo, y de que éste evaluara positivamente los avances que el país andino ha hecho en materia de lucha antidrogas, “estamos discutiendo el apoyo de la UE en cuanto a modernización institucional de la Justicia. Y en cuanto a lucha contra el narcotráfico, cooperamos en apoyo al desarrollo integral, para generar incentivos productivos que permitan que los sectores involucrados a la producción de coca excedentaria migren a la producción agrícola y se incorporen a la economía más formal”, informa el político boliviano.

Contrariamente a décadas de “proyectorado” en el país, –que no hicieron más que sustituir la autoridad estatal y crear una cultura de mendicidad, “la cooperación con la UE está dando buenos resultados porque el Estado ahora ha definido las prioridades de la cooperación en torno a un plan estatal de desarrollo”, informa el ministro. El objetivo principal de esta cooperación, recalca, es la reducción del 20% de la población en extrema pobreza.

Ayuno por la paz en Siria

En relación al anuncio del presidente Evo Morales de que se plegará al ayuno por la paz en Siria convocado por el Papa Francisco –a quien visitará en Roma- el ministro Quintana dijo:

“El mundo no puede estar gobernado por la tiranía de los misiles y la dictadura del capital. Si la intervención armada reemplaza a la decisión del Consejo de Seguridad, si las intervenciones sustituyen los mecanismos de negociación pacífica, estamos condenados a vivir en una sociedad de guerra y a ser víctimas del imperio militar de los países occidentales, especialmente Estados Unidos y sus aliados. Entonces, sesenta años de trabajo incesante no habrían servido para absolutamente nada y lo que tendríamos que hacer sería poner un candado en las Naciones Unidas y cerrarla. Con estos antecedentes, mañana la OTAN puede atacar Venezuela, puede hacer desaparecer Bolivia o puede invadir Ecuador con el pretexto de que existen armas de destrucción masiva, con el pretexto de que hay armas químicas en Caracas, en Quito o en La Paz. ”