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A la busca y captura de entradas

Francisco Caro20 de junio de 2006

La enorme demanda de entradas para el Mundial ha provocado que prospere un mercado negro que no sólo atañe a revendedores profesionales, sino del que también se han beneficiado algunos aficionados.

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Por si su cara no lo deja claro, este aficionado también lo escribe.


La FIFA introdujo un sistema para personalizar las entradas, que tienen el nombre del comprador impreso en el reverso. Así se aspiraba a controlar el mercado negro. Pero sin embargo, los organizadores sólo realizan controles al azar a la entrada de los estadios por lo que es muy difícil descubrir entradas revendidas. Sólo se controlan de 500 a 1000 entradas por partido. Además, los asistentes que no pasan la prueba tienen todavía la oportunidad de entrar al estadio si se registran en los llamados "Clearing Points".

Incluso dentro de la FIFA ha habido tratos con el mercado negro. Éste es el caso de Ismail Bhamjee, presidente de la federación nacional de fútbol de Botswana. Confesó haber vendido 12 bolelos tres veces más caros de lo que costaban inicialmente. El funcionario fue relegado de su puesto de responsabilidad en el Mundial.

Ahora, el Comité Organizador reconoce que es imposible evitar la reventa y pide a los aficionados que no acudan al mercado negro de entradas.

Vendedores y compradores ambulantes de entradas

WM 2006 Eröffnungsspiel Deutschland - Costa Rica in München Fan sucht WM Ticket
El señor escondido detrás del cartel busca entradas para cualquier partido ¿hincha o revendedor?

Pero muchos hinchas vienen de países lejanos y, después de recorrer tantos kilómetros, llegar a Alemania y encontrarse sin entrada, no tienen otra alternativa que recurrir a la reventa si quieren ver en directo a sus estrellas. Para presenciar el encuentro en las pantallas gigantes de la ciudad, uno podría haberse quedado en casa. La reventa no sólo se produce en los estadios; empezó -y sigue- por internet.

Hay muchos boletos en manos de revendedores en el mercado negro. Se han llegado a pedir "precios de campeonato" por entradas que originalmente costaban mucho menos. A medida que se acerca la hora del partido la tensión y la incertidumbre por no tener una entrada suben y, a sabiendas de esto, los revendedores aumentan desorbitadamente los precios. Es difícil decir que no.

Pero si uno puede asumir el riesgo de no ver el partido y esperar un poco más, quizás se puede conseguir una entrada más barata puesto que los precios descienden poco antes del comienzo del encuentro. Parece ser que entradas que cuestan 900 euros en el mercado negro, se pueden conseguir por 250 euros dos horas antes del partido.

Encontrar un vendedor de entradas ambulante es fácil. No se esconden. Tampoco se limitan a vender sino que incluso buscan en varios idiomas "entradas para cualquier partido del Mundial". Quizá puedan "re-revenderlos" a un precio aún mayor que el que han pagado. Esta caza y venta sumergida de boletos también se produce entre los aficionados que abordan a los hinchas del equipo contrario para conseguir una entrada sobrante al precio que sea. Esto es lo que hicieron seguidores holandeses en Hamburgo, donde jugaron los argentinos, con la esperanza de conseguir un boleto para el partido entre Argentina y Holanda el día 21 en Fráncfort, que se supone decisivo.

Precios para no dormir

Según indicaron algunos hinchas argentinos, en el partido entre Argentina y Costa de Marfil en Hamburgo se pedían 500 euros por una entrada que costaba 100 euros en el portal de Internet de la FIFA.

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La reventa virtual también es práctica habitual en este Mundial.Imagen: picture-alliance / dpa

Hace unos días, en el encuentro entre Inglaterra y Paraguay en Fráncfort, se llegó a pedir 1.456 euros por un boleto. Los hinchas británicos llegados a la ciudad germana no descartaban recurrir al mercado negro pero se mostraron descontentos por la picaresca de los revendedores, y muchos se quedaron sin entrada. Pero parece que, aunque los precios sean estratosféricos, siempre hay alguien dispuesto a pagarlos.

Muchos no sólo buscan boletos para el encuentro del día. Por ejemplo, antes del partido en Stuttgart entre Francia y Suiza, muchos buscaban entradas también para el Inglaterra-Suecia de Colonia, a unos cuantos cientos de kilómetros de allí: las localidades se compraban a 2.000 euros.

Para la final del Mundial se espera que el precio de las entradas en el mercado negro alcance los 5900 euros.

Muchos aficionados han hecho verdaderos sacrificios para realizar el viaje a Alemania como para quedarse ahora sin butaca y no poder ver en directo a su selección en un Mundial. Los revendedores lo saben ya desde hace tiempo y, como tiburones, se han afilado bien los dientes para la caza del hincha.