100 años de albergues juveniles
2 de febrero de 2009
En el verano de 1909 Richard Schirrmann (1874-1961), profesor de la ciudad de Altena, realizó con sus alumnos una excursión de varios días. Cuando en la segunda noche del recorrido se desató una fuerte tormenta el grupo buscó refugio en una escuela abandonada. "La tormenta duró toda la noche con rayos, truenos y granizo, como si el mundo estuviera por venirse abajo" anota Schirrmann, sobre esta noche memorable.
Producto de exportación
Súbitamente tuvo la idea de que cada ruta utilizada con frecuencia para hacer excursiones con los grupos de escuela debería tener además de centros deportivos un albergue en el que pudieran pernoctar los jóvenes. Así nació una idea que conquistaría el mundo. El Deutsche Jugendherbergswerk, Centro alemán de Albergues Juveniles, DJH, por sus siglas en alemán, festeja con muchos eventos su 100 aniversario. El inicio de varios meses de festejos será el 27 de febrero en Berlín.
Mientras tanto, la brillante idea que nació aquella tormentosa noche del 26 de agosto de hace diez décadas se ha convertido en un producto de exportación. Su éxito lo avalan no sólo los 556 albergues que hay desde la isla de Sylt, en el norte de Alemania, hasta Garmisch en Baviera, en cuyas 75.412 camas duermen más de cuatro millones de personas anualmente. Tan sólo en el 2007 el DJH registró más de 10 millones de pernoctaciones, tendencia al alza. Más aún: en 80 países se ha creado una red de más de 4000 albergues a ejemplo alemán. El precio por pernoctación, incluido el desayuno, es en promedio de 16 euros.
Cuarto familiar
Lejos han quedado los tiempos en los que los albergues se caracterizaban por su incómodas camas, cobijas ásperas y desayunos insípidos. Los albergues juveniles de hoy son modernos y cómodos, grandes espacios garantizan la libertad de movimiento, responden a las necesidades de discapacitados y también a las demandas ecológicas. En ellos se encuentra siempre información sobre eventos culturales en la región, al igual que otro tipo de pasatiempos, como ofertas de esparcimiento, deportivas y de educación. Y en vez de los horrendos cuartos de antaño de 30 camas con baño compartido, cada vez hay más cuartos familiares con baño incluido.