#NoEsc: (En) línea de fuego

Como era objetivo de la agencia de inteligencia siria, Mohamed tuvo que huir. Ahora, este artista del graffiti está desarrollando un juego online basado en su escape... El usuario puede ponerse en los zapatos de Zaytoun, el pequeño refugiado que encuentra su campamento destruido y su familia ya no está: ¿adónde ir?, ¿con quién hablar? Mohamed, de 30, que está viviendo en España, dice: "Me siento responsable de decirle a la gente qué es lo que está pasando”.

La preocupación de Irene es la red. Esta mexicana se opone a la vigilancia y al control tecnológicos. "Creo que mi generación aún sueña con conseguir la fama, estar en la TV. Pero las generaciones futuras van a soñar con la privacidad”, dice esta mujer de 31 años. Está aprendiendo sobre programación para poder protegerse mejor, especialmente de cara a la introducción de una nueva ley del gobierno mexicano que hará que la vigilancia sea más fácil.

Ser observado también es un problema para Ananya. En Bangladesh, los fundamentalistas islámicos amenazan con matar a blogueros como él por usar su derecho a la libertad de expresión. "Escribo lo que otros tienen demasiado miedo a decir”, dice este joven de 24 años.